Veinte años pasaron del asesinato de los raperos Tupac Shakur y Biggie Smalls, sin más respuestas que teorías de conspiración, sangrienta rivalidad y corrupción policial.

Pero nadie está en la cárcel y un programa de televisión de Estados Unidos se propone a examinar en 10 capítulos estos crímenes que siguen siendo un misterio.

"Unsolved: The Murders of Tupac and the Notorious B.I.G." se comienza a transmitir a partir de la semana que viene en la cadena USA.

Biggie, cuyo nombre real era Christopher Wallace, murió acribillado en un vehículo el 9 de marzo de 1997, mientras visitaba la ciudad de Los Ángeles, y su muerte permanece hasta ahora, oficialmente, sin resolverse.

Inmediatamente surgieron especulaciones de que su muerte estaba vinculada a disputas entre raperos de la costa Este y la costa Oeste, que se habían acumulado por años, aunque algunos historiadores aseguran que estas pugnas fueron exageradas por razones comerciales.

Su muerte ocurrió menos de un año después de la de Tupac Shakur, el legendario rapero de Los Ángeles que fue tiroteado en Las Vegas.

Ambos se mantienen como figuras icónicas del rap, con fanáticos en todo el mundo, fascinados con la franqueza emocional y teatral de Shakur y el juego inventivo de palabras y hábil entrega vocal de su rival.

"Unsolved" sigue las investigaciones por separado de los detectives Greg Kading (Josh Duhamel) y Russell Poole (Jimmi Simpson), con Marcc Rose repitiendo como Tupac tras la cinta biográfica de 2015 "Straight Outta Compton" mientras que Wavyy Jonez encarna a Biggie.

"Nuestra serie es 'aquí hay un punto de vista', 'aquí hay otro'... Hay cuatro avenidas de verdad y al verlos juntos entiendes lo que pasó. Por fin se cuenta en 'Unsolved'", dijo Simpson a la AFP en la premiere del show.

El verdadero Poole murió en 2015 sin nunca poder resolver el caso. "Estaba apasionado en entender por qué no se hizo justicia", añadió Simpson.

Ambos detectives aseguraron en un documental en 2002 "Biggie and Tupac" de Nick Broomfield y en el libro "LAbyrinth", publicado el mismo año, que la policía de Los Ángeles conspiró para encubrir los asesinatos.