A sus 70 años, Ana Ruth Anaya encontró en el croché una forma de mantenerse activa, generar ingresos y seguir adelante. Desde muy temprano, participa en ferias de emprendedores donde ofrece carteras, canastas, cestas, monederos y llaveros elaborados a mano, productos que reflejan tanto su creatividad como su constancia.
“Aquí estamos perseverando, como todos los salvadoreños, para adelante”, expresa Ana, quien llegó desde las 6:30 de la mañana a una feria de emprendedores para exhibir y vender sus creaciones.
La emprendedora explica que la elaboración de cada pieza requiere tiempo, dedicación y cuidado en los detalles, especialmente en la combinación de colores. “Una canasta grande la puedo hacer en un día si me dedico por completo. Los llaveros de croché me toman alrededor de cuatro horas. Busco colores alegres porque eso ayuda mucho”, comenta.
Ver esta publicación en Instagram
Para abastecerse de materiales, Ana viaja hasta Antiguo Cuscatlán, donde adquiere insumos que le permiten mantener la calidad de sus productos y continuar con su trabajo artesanal.
La feria donde participa es organizada por Nurya Melara, periodista de profesión, quien asegura que apoyar a emprendedores de la tercera edad se ha convertido en una motivación personal. “Personas como Ana me abrieron las puertas y eso genera una gran satisfacción. La empatía es clave, y es algo que muchas veces hace falta en la sociedad”, señala.
Desde el enfoque social, Yaneth Alvarado, trabajadora social, destaca la importancia de estos espacios para las personas mayores. “La resiliencia es fundamental. Los adultos mayores necesitan renovarse y resurgir, y las ferias de emprendedores crean una motivación real para seguir activos”, explica.
Historias como la de Ana Anaya reflejan cómo el emprendimiento se convierte en una alternativa para personas de la tercera edad que, lejos de retirarse, deciden seguir construyendo su camino con trabajo, creatividad y perseverancia.
La feria de emprendedores se realiza cada 15 días, frente al local Rincón Bohemio de Nurya Melara, en la calle El Roble, calle C, bulevar Universitario, cerca del excine Reforma, en San Salvador.
