Llegó la época de las chicharras en El Salvador y Centroamérica. El canto de estos insectos suele escucharse desde el inicio de la Cuaresma, en la Semana Santa y el mes de abril, aunque este año parece haberse retrasado un poco.
En El Salvador, la especie que más abunda es la Quesada gigas de la familia Cicadidae y su canto que suele escucharse en el día y al anochecer es un llamado para aparearse con la chicharra hembra.
Las chicharras -conocidas como cigarras en otros países- salen en esta época del año cuando el sol calienta y desde algún árbol emitirá su sonido, el cual solamente los machos emiten, para atraer a las hembras y poder reproducirse. Aunque nos parezca el mismo sonido siempre, cada especie tiene un sonido diferente y característico y en el mundo encontramos miles de especies distintas.
En realidad, las chicharras no “cantan” como otros seres vivos a través de la garganta, porque estos insectos no tienen órgano fonador. Tal como los grillos, las chicharras “estridulan”, es decir, emiten un sonido estridente que se relaciona con la entrada del verano en los países del norte y por la llegada de la cuaresma o la semana santa en los países centroamericanos, el cual emiten ocultas en las ramas más altas de los árboles.
Este sonido se genera a través de unas estructuras que se encuentran en la base del abdomen de los machos, que funcionan como cajas de resonancia las cuales se llenan de aire y se vacían a través de unas membranas al que los entomólogos denominan timpánicas.
El canto de las chicharras es considerado como uno de los sonidos de mayores decibeles del mundo, su mayor registro puede compararse con un concierto de rock de 115 decibeles.
Lo más curioso es que las chicharras son sordas, las hembras no son atraídas por el sonido, sino por las vibraciones del sonido que proviene del macho.
Las chicharras no muerden ni pican, ni suponen plaga o riesgo alguno para ningún cultivo o para el ser humano, éstas solamente “cantan”.
Diversos estudios indican que las cigarras, conocidas localmente como chicharras, tardan entre 12 y 15 años para emerger a la superficie. Otros documentos indican que hasta 17 años.
El tiempo de vida de este insecto en la superficie es corto, básicamente solo se reproducen y después mueren.
Las chicharras se alimentan de la savia de las raíces, cuentan con tres ocelos o falsos ojos y en el caso de los machos con órganos productores de sonidos ubicados en el abdomen.