Por duodécimo año consecutivo, la magia de la Navidad se prolongó en Ayutuxtepeque con la tradicional llegada de los Reyes Magos. Melchor, Gaspar y Baltasar, que recorrieron las calles del municipio, llevando alegría y esperanza a los más pequeños del hogar.

Desde hace más una década, cada 5 o 6 de enero, los habitantes de Ayutuxtepeque han adoptado esta festividad como una de las más importantes del año. La colorida caravana recorre las principales calles del municipio, deslumbrando a los asistentes con sus majestuosas vestimentas junto a un cargamento de regalos.

Durante la tarde del domingo, niños, jóvenes y adultos salieron a las principales calles para recibir a los visitantes del Oriente.

“Esta actividad es en honor a la conmemoración de la visita de los Reyes Magos al niño Jesús. Cientos de personas salen a la espera de la caravana para recoger dulces junto a los más pequeños, quienes son los que más se emocionan al recibir los regalos que, con entusiasmo e inocencia, escribieron en las cartas que previamente, como papás, les pedimos que hicieran”.
Edgardo Constanza, miembro del equipo organizador de la Parroquia San Sebastian Martir.

Lo que comenzó como una pequeña iniciativa del Padre José Antonio Guerrero Luna y su equipo en el 2013, se ha convertido en una gran celebración que congrega a familias enteras. Cada año, la participación aumenta, y con ella, la emoción de los niños que esperan ansiosos la llegada de sus majestades de Oriente.

Detrás de la magia de esta celebración se encuentra el esfuerzo de un grupo de voluntarios que trabajan arduamente para llevar alegría a la comunidad.
Detrás de la magia de esta celebración se encuentra el esfuerzo de un grupo de voluntarios que trabajan arduamente para llevar alegría a la comunidad.

“Lo más gratificante de participar en este tipo de actividades es ver la sonrisa de los asistentes, el esfuerzo de quienes ponemos un granito de arena en la organización y el hecho de continuar con la tradición como un sello cultural de nuestro municipio”.
René Lemus, miembro del equipo organizador.

Los niños de hoy, que viven esta experiencia, la transmitirán a sus hijos, asegurando que la magia de esta festividad perdure por muchos años más.