Con un “infinitas gracias” se despidió este domingo don Jacobo, vendedor de libros usados de la icónica esquina en la 3ª calle oriente y el pasaje Cabañas, en el centro de San Salvador. Aún durante la mañana, el rótulo de “obras a $0.25” atraía a varios curiosos con quienes se remataban los últimos ejemplares antes de desmantelar los locales.

“Me siento muy agradecido con las personas que siempre mantuvieron el apoyo a este proyecto de compra y venta de libros por más de 20 años”, dijo el salvadoreño, que también agradeció a los medios de comunicación que “han sido una parte fundamental de este proceso”.

Todavía ayer mantenían las cajas con ejemplares en la calle mientras desmontaba las láminas de los negocios que por años fue un punto para conseguir libros de literatura o educativos. Los comerciantes señalaron que la Alcaldía de San Salvador les dio hasta la mañana de este domingo para desalojar de “manera voluntaria” como parte de la cuarta etapa del reordenamiento del centro de San Salvador.

Don Jacobo recordó que el 50 % de los libros se reciclará y el otro 50 % lo pondrá a la venta en dos locales. Los mismos comerciantes entregan tarjetas con la dirección y contacto de las nuevas salas, una en la cuarta avenida norte y tercera calle oriente #308, local 1, San Salvador, y la otra en el mega kiosco de los libros, en la segunda avenida norte, edificio #320.

Los vendedores tenían hasta este domingo para desalojar por aviso de la Alcaldía de San Salvador. / F. Valle
Los vendedores tenían hasta este domingo para desalojar por aviso de la Alcaldía de San Salvador. / F. Valle

Clientes piden apoyo.

“Es importante apoyar este tipo de comercios. Además de ser de ayuda económica para los vendedores, son nostalgia para los que desde jóvenes adquirimos aquí nuestros libros”, reconoció Karen de Franco, una de las personas que se acercaron este domingo a revisar los sacos.

Don Jacobo, que atendía a los compradores mientras revisaba el desalojo, señaló que era más que un negocio. “Es una pasión”, dijo, porque centenares de salvadoreños encontraron en la “esquina” algún ejemplar a precios mucho más módicos.

A un costado, los dueños de los negocios de comida terminaban por desmontar las láminas y vigas de madera.

Desde abril del 2022, la comuna ejecuta el proyecto de renovación del centro y empezó retirando a más de mil vendedores informales de la calle Rubén Darío, la calle Arce, las avenidas hacia el Hula Hula, el predio de la ex biblioteca, la calle Delgado y más recientemente a quienes tenían puestos alrededor de la iglesia El Calvario.