En El Salvador, las enfermedades cardiovasculares (ECV) representan casi la mitad (46.6 %) de todas las muertes por enfermedades no transmisibles, de acuerdo con el Ministerio de Salud (MINSAL) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Dentro de las causas más frecuentes está la hipertensión arterial, una condición silenciosa que afecta a millones y que, sin control adecuado, puede provocar infartos, accidentes cerebrovasculares (ACV) e insuficiencia renal.
El Dr. Eduardo Cruz, cirujano cardiovascular y especialista en cardiología clínica, advierte que “solo un 30 % se da cuenta (de que tiene hipertensión), y de ese 30 %, solo el 30 % está bien controlada”.
La hipertensión arterial —presión igual o mayor a 140/90 milímetros de mercurio— es el principal factor de riesgo modificable para enfermedades cardiovasculares, según la OPS y la Organización Mundial de la Salud (OMS) . A nivel global, más de 1,280 millones de personas la padecen, y cerca del 46 % lo desconoce.
En América Latina, afecta al 35.4 % de los adultos de entre 30 y 70 años, siendo una de las condiciones más comunes y menos controladas.
“La mitad de la población adulta tiene la presión arterial alta. Sin embargo gran parte de esas personas lo desconoce”, informa el doctor Eduardo Cruz.
Las enfermedades cardiovasculares —como infartos, ACV o insuficiencia cardíaca— son la principal causa de muerte en el mundo, con 19.8 millones de defunciones en 2022, lo que representa el 32 % del total mundial, según estimaciones de la OMS . Más del 85 % de estas muertes se deben a infartos y ACV. En las Américas, causan aproximadamente el 30 % de todos los fallecimientos.
En El Salvador, el panorama es similar: en 2016 se registraron 722 muertes directamente asociadas a hipertensión y más de 8,600 por causas cardiovasculares generales . Además, el Ministerio de Salud estimó que el 35 % de las muertes prematuras por enfermedades crónicas no transmisibles se debieron a factores como hipertensión no tratada.
Controlar la hipertensión: una tarea pendiente
Aunque existen tratamientos eficaces y asequibles para controlar la hipertensión, los niveles de control siguen siendo bajos. La iniciativa HEARTS en las Américas, promovida por la OPS, reportó en 2024 que el 74.5 % de las personas con hipertensión en El Salvador había sido diagnosticada y, de ellas, el 72.3 % tenía la presión controlada. Aun así, eso representa solo un 36.4 % de control poblacional efectivo, es decir, del total de personas con hipertensión, solo un tercio tiene cifras adecuadas.
Esta cifra, aunque mejor que años anteriores (en 2019 era del 17.9 %), sigue mostrando que una parte importante de la población hipertensa no accede a diagnóstico o tratamiento, o no mantiene adherencia a las indicaciones médicas.
El Dr. Cruz insiste en que muchas personas creen estar controladas “por tomar una pastilla”, pero siguen presentando complicaciones. “La presión alta puede provocar un infarto, un derrame cerebral o insuficiencia renal porque afecta justamente al riñón”, señaló.
¿Qué se puede hacer?
Tanto la OMS como la OPS recomiendan adoptar hábitos saludables desde edades tempranas. Algunas de sus pautas principales son:
● Reducir el consumo de sal a menos de 5 gramos diarios (menos de una cucharadita) .
● Realizar actividad física regular (al menos 150 minutos semanales).
● Evitar el consumo de tabaco y alcohol.
● Controlar el peso corporal y mantener una dieta rica en frutas, verduras y granos integrales.
“Vale la pena que por lo menos una vez al año nos chequemos nuestra presión arterial con un médico”, insiste el Dr. Cruz. Además, recomienda hacer un electrocardiograma y revisar niveles de colesterol y triglicéridos desde los 25 años, especialmente si hay antecedentes familiares.
La hipertensión arterial sigue siendo una epidemia silenciosa en El Salvador. Aunque los esfuerzos institucionales han mejorado el diagnóstico y tratamiento, los datos muestran que aún falta mucho por avanzar en el control efectivo. El primer paso: saber que se tiene, y luego, actuar.
