La reinvención del país, solo será posible a través de la utilización de la tecnología digital para mejorar la forma en que se realizan las actividades de la vida diaria. La transformación digital de El Salvador simplemente, es una cuestión prioritaria.
En el mundo del trabajo la pandemia, ha demostrado con claridad, que tener acceso a internet es un elemento fundamental para que muchas personas puedan continuar con su empleo. Invertir en infraestructuras digitales y cerrar la brecha digital también permitiría que los grupos desfavorecidos participaran en la economía del futuro.
Sin embargo, no todos los salvadoreños han tenido la fortuna de poder conservar su empleo bajo el modelo del teletrabajo. Realmente para las personas que viven en pobreza, principalmente los jóvenes, trabajar desde la casa, no es posible.
Las razones son múltiples: desde que muchos hogares no cuentan con computadora o acceso a internet o las limitaciones de espacio, hasta porque los dispositivos deben compartirse entre varios miembros del hogar
Para empezar a digitalizar El Salvador, es necesario tener las condiciones materiales, que lo hagan posible. En el país, la mayoría de hogares no tiene conexión a Internet. Solo el 23.3% de los hogares tiene conectividad, en el área urbana sube a 34.6%, mientras que en la rural baja a 4.1%.
La brecha digital hay que disminuirla, la diferencia entre quienes tienen una computadora con acceso a internet y quienes tiene que ser cada día menor. Esta desigualdad está relacionada no solo con el acceso a dispositivos tecnológicos y a la cobertura en términos de red de telecomunicaciones, sino también con el conocimiento y la apropiación de las herramientas de internet.
Antes que finalice el año, la Asamblea Legislativa debería aprobar al menos lo siguiente: Declarar el acceso a Internet como un derecho humano. El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó una resolución para la “promoción, protección y el disfrute de los derechos humanos en Internet”. El documento establece que el acceso a Internet será considerado, de ahora en adelante, un derecho básico de todos los seres humanos. La resolución anima a todos los países a proveer a sus ciudadanos de acceso a la red y condena a las naciones que alteran esta libertad.
El país necesita que se apruebe un bono digital para que los estudiantes puedan terminar el año escolar. El objetivo es que los alumnos tengan una computadora y puedan acceder de manera gratuita a Internet para recibir las clases sin que represente un costo económico para sus padres.
Se debe implementar un programa de Aldeas Digitales donde la pequeña y mediana empresa tenga oportunidad de reducir la brecha digital, al incrementar el porcentaje de empresarios con acceso a las tecnologías de información y comunicaciones. Se necesitan MIPYMES que transformadas digitalmente, utilicen la tecnología, para desarrollar mejor sus actividades comerciales.
Hay que ayudar a los pequeños y medianos empresarios para que aprovechen la economía digital y puedan crear soluciones para resolver sus problemas y tengan la oportunidad de sobrevivir a la crisis e incluso prosperar a largo plazo.
Desde una visión macroeconómica, es necesario elaborar un plan que contemple un conjunto de reformas, para impulsar la transición digital del país, como medio para potenciar la apertura económica, reducir la desigualdad, aumentar la productividad y aprovechar las oportunidades de las nuevas tecnologías en la post pandemia.
Los más de cuatro meses de confinamiento han demostrado, que sin la tecnología, hubiera sido prácticamente imposible seguir adelante en el trabajo, la escuela y el consumo. Tras vivir una primera ola con internet, el comercio electrónico y las redes sociales, muy pronto llegará la segunda ola, encabezada por la robótica, el internet de las cosas y la inteligencia artificial, cuya implantación, todavía es algo de otro mundo para muchos en El Salvador.
En los próximos cinco años se debe aspirar a que el 80 % de la población tenga las competencias digitales básicas, se trata de garantizar los recursos necesarios para que la ciudadanía pueda desarrollarse en la cuarta revolución industrial.
Comprender la urgente necesidad de transformar digitalmente el país es clave. Trazar un plan para llevarla a cabo impostergable, para poder desarrollar, como debe de ser, la educación y la economía a través de la tecnología y la innovación. Es una cuestión a la que no hay que darle largas.