La criminología es una ciencia interdisciplinaria y multidisciplinaria que me ha permitido aproximarme a comprender los niveles de violencia de la sociedad salvadoreña. Recuerdo en la primera década del presente siglo en un programa de televisión en horario nocturno estelar como el presentador, un periodista chileno radicado en nuestro país, me preguntó ¿cuáles y desde dónde se tenía conocimiento de los niveles de violencia en El Salvador? En ese momento no había terminado de formularme la pregunta y yo tenía plena conciencia que no tenía una respuesta certera, comencé a quemar tiempo, pero unos segundos después, le manifesté que no podía responderle certeramente, ni disponía de evidencia, me comprometí a llamarle al día siguiente y brindarle una respuesta. Al salir del canal, esa noche tomé la decisión de estudiar, investigar, documentarme en relación con ese tema. Al día siguiente, luego de leer durante la noche y madrugada, brindé parte de la respuesta al periodista.

Utilizando técnicas y métodos de la criminología creí que la respuesta las encontraría alrededor de 1821, año de fundación de nuestra República, pero lejos estaba de encontrarme las evidencias, luego de varios meses de lectura, de prestar algunos libros a profesionales de otras ciencias, hacer consultas, entrevistas, apoyarme con mis docentes de antropología y sociología criminal, llegué hasta la época de los pipiles y los lencas, y saben, aquella sociedad no es muy diferente a la nuestra en el último tramo del año 2023.

De toda esa investigación llegué a algunas conclusiones, entre ellas que defino como características antropológicas de la sociedad salvadoreña: somos muchos viviendo en un territorio pequeño, en segundo lugar, somos el único país en el mundo que más del 30% de su población vive fuera de su tierra, y en tercer lugar privilegiamos la violencia para resolver cualquier diferencia o conflicto.

La mediación de conflictos es un método alternativo para la solución de estos, que puede aplicarse en diferentes ámbitos como: el comunitario, judicial, familiar, escolar, comercial, laboral o empresarial, entre otras. Es un proceso no confrontativo en el que un tercero neutral (el mediador) busca ayudar a las partes involucradas a llegar a un acuerdo las partes acepten. Los conflictos son inherentes en la sociedad, nacen cuando existe una diferencia, ya sea de pensamiento o de intereses. En estos casos lo importante es intentar escuchar a la otra parte, y no ver lo diferente como algo negativo. Cuando esta confrontación se mantiene puede afectar las relaciones e intereses de los involucrados, siendo necesaria una solución.

Los homicidios durante los primeros ocho meses del año 2023 registran que el 63% del total corresponde a violencia intrafamiliar y violencia social según los datos oficiales de la Policía Nacional Civil en sus multiplataformas de redes sociales y los cuales sigo y tabulo a diario, por lo cual es vital que ya no privilegiemos la violencia para responder a una situación de conflicto o intolerancia.

Nuestra sociedad tiene la necesidad de vivir sin privilegiar la violencia, en el que los valores como el respeto, la honestidad, la gratitud, la humildad, la generosidad, la solidaridad o el perdón sean elementos de formación de mejores seres humanos, y que su práctica permanente nos transforme en personas más respetuosas, para así aproximarnos y llegar a una cultura de paz.

La Procuraduría General de la República (PGR) ha creado desde octubre 2022 la Procuraduría Especializada de Mediación y Conciliación para brindar una respuesta categórica y contundente a la intolerancia, con grandes resultados y evidencias. Puede visitar sus instalaciones a nivel nacional, su página web o redes sociales para solicitar apoyo y asistencia, formarse como mediador, y acreditar su Institución, comité de vecinos, asociación entre otras. Una gran iniciativa, disruptiva y que brindará grandes resultados en evitar homicidios y heridos, además de disminuir costos al Estado en procesos judiciales.

Don Nacho Castillo, luego de más de veinte años me encuentro siempre buscando e investigando la violencia en El Salvador, no renunciaré a este esfuerzo en beneficio de las víctimas, pero ahora con una mejor aproximación a posibles soluciones y de una manera técnica especializada. Salvadoreños y salvadoreños renunciemos a la venganza y a la cultura machista, ame al más próximo.