Siete conflictos socioambientales en Sonsonate tienen impacto en los bienes naturales y los derecho humano de la población de Sonsonate, según un estudio cuyo resumen fue presentado el viernes por la Unidad Ecológica Salvadoreña (Unes).

Junto a la Mesa por la Sustentabilidad de los Territorios de Sonsonate (Mesutso), la Unes mencionó la instalación del proyecto de una pequeña central hidroeléctrica Nuevo Nahuizalco II, la sismicidad causada por la central hidroeléctrica Cucumacayán, las tala para cambio de uso de suelo en la cooperativa cafetalera Los Lagartos, destrucción de bienes culturales en Tacushcalco y vertido de aguas residuales al río Ceniza, gestión inapropiada del relleno sanitario de Sonsonate e instalación ilegal de un cementerio municipal de Covid en Sonzacate, como los conflictos socio ambientales que les generan impacto.

Nahomy Dueñas, técnica ambiental de la Unes, explicó que, si bien no se desarrolló ampliamente este enfoque en el estudio, sí se comprobó que las mujeres se exponen a estrés debido a los múltiples roles que desarrollan.

Detalló que las mujeres que fueron estudiadas realizan hasta tres tipos de tareas: trabajan, realizan actividades domésticas en el hogar y deben velar por la subsistencia de la familia con los alimentos necesarios para su consumo diario.

Indicó que el estudio mostró que las problemáticas ambientales causan altos niveles de estrés, preocupaciones y esfuerzo físico en las mujeres.

Entre lo impactos de la conflictividad que se mencionan en un documento resumen de la investigación están: impactos sobre el bien hídrico y el derecho al agua, impacto obre la soberanía alimentaria y el derecho a la alimentación de las cuencas, impactos sobre la salud ambiental y el derecho a la salud por la degradación de lo río Sensunapán y Banderas, en el patrimonio cultural y el derecho a la cultura, e impacto diferenciados sobre las mujeres.