El efecto combinado de los registros combinados de remesas y exportaciones han permitido también que mejoren las tasas de recaudación fiscal, ya que han hecho posible llevar los flujos a niveles que el año pasado parecían inalcanzables.


La Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) confirmó esta mañana que los altos flujos de remesas y exportaciones del país hacen viable que la economía salvadoreña crezca a una tasa cercana al 9 % como lo anticipó la semana pasada el Banco Central de Reserva (BCR).

Leonor Selva, directora ejecutiva de la gremial, sostiene que la recuperación es “de grandes números”, pero es desigual y que ni a nivel de empresas ni de empleos se ha recuperado todo lo que se perdió en 2020.

Las declaraciones fueron vertidas esta mañana en el programa Frente a Frente de la Telecorporación Salvadoreña.

El año pasado, la crisis asociada a la pandemia del covid-19 generó una caída histórica del Producto Interno Bruto (PIB) del -7.9 %, la mayor en 40 años.

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Selva cree que el dinamismo alcanzado hasta el primer semestre de 2021 indica que -a números macro- el país está llegando a “punto cero”, es decir a los niveles que se tenían en 2019 antes de la pandemia.

La ANEP presentará esta mañana un informe de coyuntura donde reafirma que la economía del país está en recuperación. Waldo Jiménez, gerente económico de la asociación, dijo que los resultados han sido cotejados como más de 100 empresarios y que su análisis es robusto no solo desde el punto de vista económico, sino que cuenta con el respaldo de los sectores productivos.

Economía se sostiene en familias y empresas


En los primeros siete meses de 2021 las remesas alcanzan los $4,284.9 millones, una cifra 39.5 % mayor a lo registrado en el mismo período del año pasado. Según los datos del Banco Central de Reserva (BCR), entre enero y julio se registraron 13.5 millones de operaciones, dos millones más que en el ciclo previo.

Las exportaciones por su parte acumularon un valor de $3,846.3 millones entre enero y julio con un crecimiento anual del 44%. Solo en julio las exportaciones ascendieron a $593.5 millones, es decir muestran un crecimiento de 6.9% respecto al mes previo.

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Jiménez dijo que las remesas familiares tienen unos 20 años de crecimiento continuo, el cual alcanzaba un promedio de $200 millones por año, pero en 2021 -solo en el primer semestre- supera los $1,200 millones.

El impacto de las remesas familiares está impulsando al consumo y elevando las tasas de desempeño de otros sectores clave como comercio y construcción.

Sin embargo, sostiene que hay expectativas sobre el fin del plan de estímulos económicos de la administración Biden el cual se espera termine en septiembre y que puede tener un impacto a la baja en la tasa de crecimiento de las remesas que envía la diáspora que residen en territorio estadounidense.

Los envíos funcionan como un subsidio entre familias y también podría esconder un mayor flujo de migrantes en los últimos meses.

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En tanto, la actividad empresarial ha generado un despunte en el flujo de exportaciones que se destinan principalmente a Estados Unidos, país que está priorizando compras a proveedores más cercanos sustituyendo compras a China.

Jiménez dijo que aunque usualmente no se comparan los desempeños en períodos bianuales, las exportaciones están arriba en un 7 % de lo que se tenía en 2019.

Los registros combinados de remesas y exportaciones han permitido también que mejoren las tasas de recaudación fiscal, ya que han hecho posible mejorar los flujos de recaudación a niveles que el año pasado parecían inalcanzables.

Sin embargo, el análisis de la ANEP recalca que el gran reto es mantener en el tiempo estos desempeños y que la incertidumbre política, generada desde mayo de 2021, puede afectar el perfil de la economía en el largo plazo.