Ángela Zepeda cree que participar en un vivero forestal en el cantón El Chayal, Atiquizaya, le ha levantado los ánimos como mujer para hacer cambios en su comunidad.
“Nos ha venido a levantar el ánimo porque, aparte de algún mandado que hacíamos donde la vecina, siempre nos habíamos mantenido cada quien, ocupada en su hogar, pero esta convivencia que hemos tenido con el proyecto ha sido muy feliz. Yo me siento bien motivada de estar ahí”, manifestó.
Zepeda es parte del vivero forestal comunitario “Mujeres y Hombres Unidos por la Madre Tierra”, impulsado por el proyecto Aumento de las medidas de resiliencia climática en los agroecosistemas del corredor seco de El Salvador (Reclima) en alianza con el Consejo Coordinador Nacional Indígena Salvadoreño (CCNIS).
El proyecto del vivero ha logrado unir a toda la comunidad en trabajar en sembrar especies nativas de la zona como la leucaena, conacaste negro y madrecacao para contrarrestar la tala árboles y el cambio climático.
A través de Reclima se entregan las semillas e insumos agrícolas como tierra, bolsas, abono y foliar. Además, se da acompañamiento técnico para el fortalecimiento organizativo con inclusión y equidad de género.
Además de empoderarse, Zepeda está consiente que “si dejamos que solo se talen árboles y no se siembren más, quedaría todo muy desolado y se secarían las fuentes de agua y sin el agua no somos nada. El agua hace falta todo el día”.
La salvadoreña asegura que este proyecto le ha ayudado a asumir nuevos roles a nivel comunitario y se siente empoderada para involucrarse en actividades de producción y manejo de plantas forestales. Añade que la experiencia adquirida en vivero la pondrá en práctica para el manejo de una pequeña parcela que tiene junto a su esposa en la que siembra granos básicos y otras variedades como ocra, arroz y café.
Reclima es un programa ejecutado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) para mejorar la adaptabilidad de los agricultores vulnerables al cambio climático en 114 municipios situados en el corredor seco de El Salvador.
Uno de sus ejes de trabajo es la creación de una Escuela de Campo que verá temas de género y seguridad alimentaria con personal técnico del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal "Enrique Álvarez Córdova" (CENTA) y 642 promotores comunitarios.
Según informó la FAO, la meta de Reclima es ayudar a 50,000 hogares donde viven 225,000 personas, de los cuales se espera que un 38 % sean encabezados por mujeres y un 8 % por población indígena y afrodescendiente.
Reclima también promueve un vivero comunitario en San Miguel y tiene en estudio otras ubicaciones para alcanzar su meta de restaurar 17,333 hectáreas de ecosistemas degradados para la prestación de servicios ambientales.