Los caficultores están optimistas que de la cosecha de café 2021/2022 deje una mayor producción en hasta 800,000 quintales, un 5 % superior al último ciclo, según estimaciones de la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acefesal).
En El Salvador, la corta de café inicia entre octubre y noviembre y se extiende hasta el primer semestre del siguiente año. Durante ese período, cientos de salvadoreños acuden a las fincas con sus canastos a recoger el grano maduro (el oro uva) que luego se traslada a los beneficios para que se procese a grano oro (listo para consumo).
Este ciclo inició formalmente el pasado 18 de octubre, según un aviso publicado por el Consejo Salvadoreño del Café (CSC), la institución estatal encargada de regular las actividades relacionadas con la agroindustria del café.
Omar Flores, presidente de la Acafesal, señaló que los productores “estamos esperanzados” de superar los 800,000 quintales, una proyección que plantea un crecimiento del 5 % contra los 762,080 quintales producidos en el ciclo 2020/2021.
El vocero de la gremial cree que “lo vamos a lograr” por el inicio de producción de áreas renovadas, además que “algunos caficultores pusieron más de atención en fertilizar o quitar maleza” en las fincas ante la exceptiva que el precio internacional se mantenga en aumento en los próximos dos años.
También influirá, sumó Flores, un control oportuno en la roya porque el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) otorgó en tiempo los insumos para combatir este hongo.
Un respiro a la crisis.
Los caficultores venden el café con compradores directos o cotizan en el contrato C, que se negocia en la bolsa de valores de Nueva York a precios futuros y que sirve de referencia para el grano salvadoreño.
Desde 2017, estas cotizaciones internacionales comenzaron a caer a niveles mínimos de la última década, una situación que sumergió al sector en una crisis de liquidez pues no era rentable y empujó a pequeños productores salvadoreños a vender sus tierras o quemar las fincas para sembrar granos básicos.
Desde finales de 2020, el valor comenzó a subir impulsado por el mal tiempo en Brasil, el mayor productor y exportador de café a nivel mundial, sumado a las perturbaciones relacionadas con la pandemia del covid-19 en el comercio de los mercados asiáticos.
El precio promedio de la libra de café en septiembre pasado llegó a $1.70, sumando 11 meses de constantes incrementos desde octubre de 2020 cuando se colocaba en $1.05, un 61 % de crecimiento.
El precio de septiembre pasado es además el valor más alto desde febrero de 2012 y confirma la “recuperación neta de los bajos niveles experimentados en estos tres últimos años cafeteros”, señaló la Organización Internacional del Café (OIC), en un informe.
Alza de precios golpea al sector.
El sector cafetalero no escapa del alza en los precios y resiente un mayor costo en los insumos agrícolas, especialmente en los fertilizantes, señaló el presidente de la Acafesal.
Es un gran impacto para la caficultura (…) En la medida que aumenta el precio del petróleo, aumenta el fertilizante (que utiliza derivados del crudo) que es en lo que más invertimos”.
Omar Flores
Presidente de Acafesal