El Salvador es el tercer país de Centroamérica que menos invierte en la reducción de la pobreza, dedicando cada año alrededor de $85 por habitante en redes de seguridad social, reporta nuevo informe del Banco Mundial (BM).

El informe “Estado de las Redes de Seguridad Social 2018” establece que altos niveles de cobertura en los programas de asistencia social, junto a un importante porcentaje de beneficios, pueden llevar a los países a obtener mejores resultados en la reducción de la desigualdad y la pobreza.

Michal Rutkowski, director de Protección Social del Banco Mundial, aseguró en un comunicado de prensa que “solo los países con una cobertura y niveles de beneficio sustanciales pueden obtener ganancias importantes en la reducción de la pobreza”, pudiendo reducir la brecha de desigualdad hasta en un 45 %.

En el caso de El Salvador, según datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) de 2014 analizados por el BM, el Gobierno invierte cerca de $85 per cápita en programas de seguridad social.

Esto ubica al país como el tercero en Centroamérica que menos invierte en la reducción de la pobreza, solo por detrás de Honduras y Guatemala, que invierten alrededor de $50 y $10 per cápita, respectivamente. Costa Rica y Nicaragua, en cambio, invierten más de $100 por cada ciudadano beneficiado por estos programas. El promedio de América Latina es superior a los $158, debido a que países como Chile invierten más de $700.



Impacto de programas sociales

El reporte mide el impacto de la asistencia social en la pobreza a través de datos administrativos de 142 países y encuestas de hogares de 96 naciones de la base de datos del Atlas de Protección Social (Aspire, por sus siglas en inglés) del BM.

En El Salvador, se aprecia que menos del 16 % del quintil más pobre de la población recibe asistencia social, ubicándose debajo del promedio regional de 23.4 %.

Los programas de alimentación escolar, en 2014, tenían una cobertura de menos del 25 % del quintil más pobre y beneficiaban además al 10 % de los más ricos. Esto ubicó al país en la cuarta posición de equidad en la distribución de programas sociales de alimentación, por debajo de Panamá, Costa Rica y Honduras, países que favorecen en un 30 % a los más pobres.

Se estima que el 36 % de los más pobres en el mundo, 50 millones de personas, han escapado de la pobreza extrema a través de las redes de asistencia social, evidenciando el impacto sustancial de estos programas contra la pobreza.

A pesar del incremento de países que adoptan medidas para aliviar la pobreza en los últimos años, la cobertura global de la población vulnerable continúa siendo inadecuada. Más de 2.5 billones de personas en todo el mundo están cubiertas por alguna red de seguridad social y 650 millones de estos pertenecen al 20 % más pobre de la población.

Sin embargo, solo una de cada cinco personas provenientes de países de bajos ingresos reciben asistencia social; por lo que los países con mayor riesgo de desastres naturales frecuentemente tienen menor cobertura de seguridad social.