Moody’s Investors Service advierte que El Salvador se enfrentará en 2022 a una alta vulnerabilidad en las condiciones para acceder a financiamiento externo.
En un informe publicado ayer, la agencia destaca que para 2022 la perspectiva crediticia soberana será estable para América Latina y el Caribe, un cambio fundamental respecto a 2021 que se mantuvo negativa por los efectos de la pandemia del covid-19.
A nivel regional, Moody’s proyecta que los déficits fiscales disminuyan y se estabilicen los ratios de la deuda a medida se retiren los programas fiscales implementados para enfrentar los efectos de la pandemia y se normalice la actividad económica
Sin embargo, la agencia advirtió que hay soberanos que se enfrentarán a desafíos y se mantendrán con altas vulnerabilidades en materia fiscal.
La institución señala en su informe que a medida que las condiciones financieras globales sean más estrictas se tendrán implicaciones crediticias negativas para los soberanos con escasa liquidez. En este caso, Argentina, El Salvador, Bolivia, Ecuador y Costa Rica tienen “una alta vulnerabilidad a las condiciones de financiamiento externo”.
Señala además que la carga de la deuda de El Salvador seguirá aumentando en 2022 y las limitadas perspectivas de un ajuste fiscal continuarán pesando en la trayectoria de la deuda del gobierno.
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Para la agencia, el perfil de la deuda de El Salvador es de alto riesgo pues en julio pasado degradó la calificación de “B3” a “Caa1”, una categoría para los “bonos basura”. La institución explicó en ese momento que la baja era por los desafíos en la capacidad de pago del Ejecutivo ante un cierre del mercado de inversionistas y el deterioro en las finanzas públicas.
Riesgo país sigue en niveles históricos.
El 15 de noviembre, el riesgo país de El Salvador volvió a romper el récord histórico y se colocó en 11.21 puntos, no visto desde que se tienen datos en 2007.
El riesgo país es medido por el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI), de J.P. Morgan Chase, sobre el comportamiento de la deuda externa de un país y de referencia para los inversionistas al momento de comprar deuda.
Básicamente calcula la diferencia (el spread) entre la tasa de interés que debe pagar un bono emitido por las economías emergentes y el bono del Tesoro de Estados Unidos, considerados libres de riesgo.
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El EMBI para El Salvador comenzó a subir el 7 de septiembre, cuando entró en vigencia la Ley Bitcoin, y se ha mantenido por arriba de los 10 puntos. Los niveles más altos se observaron el 28 de ese mes cuando llegó por primera vez al 11.15 y este lunes 15 de noviembre rompió la marca al quedar en 11.21.
Dicho incremento fue interpretado inicialmente por los expertos por el riesgo de que El Salvador no pueda acceder a financiamiento para honrar sus compromisos de deuda y el vencimiento de $800 millones en bonos para enero de 2023 si no logra un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pistas del informe de la agencia
La pandemia generó tensión en la perspectiva crediticia de los países en América Latina y el Caribe por los riesgos del aumento de deuda y caída de ingresos, pero se espera que mejoré en 2022.
- Menor deuda: para 2022, la agencia espera que la carga de intereses por deuda se mantenga en niveles similares a los observados antes de la pandemia.
- Baja en déficit: la agencia proyecta que tanto el déficit fiscal como la deuda se estabilicen en 2022 cuando se normalice el crecimiento económico.
- Tensión social: señala que los países con amplias redes de seguridad social y que adopten políticas eficaces podrán manejar los riesgos políticos y las tensiones sociales.