La credibilidad internacional del país vuelve a restablecerse, luego de varios años de cuestionamientos por la falta de transparencia en el manejo de una parte significativa de la ayuda internacional. Declaraciones brindadas al respecto por parte del Embajador de la Unión Europea son ilustrativas: fondos destinados a la cooperación en áreas de seguridad y derechos humanos, habrían terminado siendo desviados a las cuentas reservadas de la Presidencia de la República, sin que los mismos pudieran ser posteriormente auditados o que se rindiera cuenta de ellos.

La credibilidad del país no sólo depende del perfil que este posee ante la comunidad internacional, sino que a la vez, descansa en su capacidad para demostrar desde el Gobierno de turno, que es el primer preocupado por buscar el desarrollo y bienestar de su gente.

Tal parece que la confianza de los países amigos, vuelve tras las renovadas ofertas de ayuda.

La actual gira del Presidente Bukele por el continente asiático ya está dando los primeros frutos en materia de cooperación. China ha expresado su voluntad de apoyar la gestión cultural mediante la renovación de la Biblioteca Nacional, siempre falta de recursos.

Algunos de estos ofrecimientos constituyen fondos no reembolsables, es decir, que se trata de aportes producto de la solidaridad entre países amigos. El Salvador no tendrá que pagarlos, pero sí debe honrarlos usándolos y dando cuenta de sus resultados.