Foto: Fátima Muñoz.


“Este es un concierto de rock and roll. Aquí no hay reggaetón”, decía en su intervención Miguel Mateos, quien para muchos sería el que abriría a Vilma Palma e Vampiros, pero prevalecieron los años y la trayectoria para convertirse en el estelar de la noche, dejando un mensaje claro a las nuevas generaciones que aún conservan esa añoranza por la música noventera.

La banda salvadoreña Prueba de Sonido fue la primera en invitar a que “no existe el tiempo”, al ser la encargada abrir la fiesta de los 90 en el Anfiteatro del Cifco, prendiendo a la fanaticada principalmente cuando entonó “Hacer nuestro el universo”.

Banda salvadoreña Prueba de Sonido fue la primera en abrir la fiesta de los 90. Foto: Fátima Muñoz.


Las luces se apagaron, y aunque el vocalista Alex Oviedo ya había anticipado que se quedarían con Vilma Palma, nadie lo podía creer cuando el “Pájaro” y su banda se aparecieron en el escenario a las 9:40 p.m. La mayoría esperaba ver la silueta o la “sombra en la pared” de Miguel y su guitarra, pero tal vez "cuando sea grande" llegue su turno.

Así, el público comenzó a calentar antes de lo previsto y a hacer a un lado las sillas blancas para “volverse locos” de una vez. Fue precisamente con ese tema con el que Vilma rompió el hielo, seguido de “Te quiero tanto”, “Mojada”, "Ella era un travesti" y “Déjame”, en un arranque explosivo.

La energía y el júbilo noventero continuó a todo vapor bajo el grito: “¡Aguante El Salvador, carajo!”, invitando a un brindis de “Fernet con Coca” para dejar claro que esa noche nadie era “normal”, locura que parecía que llegaría a su fin cuando despegó el “Auto Rojo” en un “Fondo Profundo” para armar “La Pachanga”, pero tras varias despedidas el “Pájaro” se negaba a marcharse del escenario.

Así, también hubo tiempo para sacar unos cuantos covers… Sonó la "La muralla verde" de Enanitos Verdes y “Música Ligera” de Soda, antes del desenlace definitivo con "Otra canción de amor" en punto a las 11:00 p.m., recital con el que demostraron que pese a transcurrir casi 30 años, “Vilma sigue volando”.

Durante su presentación, Mario Gómez no paró de decir “no se vayan que viene Miguel”, músico con el que Vilma creció y que influenció sus éxitos.

El cantautor argentino también puso a rocancolear a los presentes con temas como “Llámame si me necesitas”, "No me importa nada más”, “Si tuviéramos alas", "Con mi sombra en la pared", "Desnúdame" y "Obsesión", desatando los “malos pensamientos” de los salvadoreños.

Miguel Mateos también puso a rocancolear a los presentes. Foto: Fátima Muñoz.