Las técnicas para la elaboración de las flores de papel enceradas del municipio de Quezaltepeque, en La Libertad, son reconocidas y declaradas Bien Cultural, así lo anunció el Ministerio de Cultura.

Esta iniciativa es una medida que busca proteger y salvaguardar la técnica de elaboración y fue impulsada por una mesa multisectorial formada por artesanos, miembros de la municipalidad, comité de turismo y la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural a través de la Dirección de Patrimonio Cultural Inmaterial.

Para hacer esta declaratoria se tomó en cuenta que la elaboración de flores enceradas se transmite de generación en generación, desde hace varias décadas e integra un proceso de enseñanza no formal que forman parte de la tradición oral de los habitantes.

“Son parte de la identidad del país y de la ciudad de Quezaltepeque, donde cada año y previo al 2 de noviembre se puede apreciar el comercio en las calles, negocios y casas particulares, que se llenan de flores enceradas y anuncian el tradicional Día de los Santos Difuntos”, detalla el comunicado de prensa.

De igual forma, se consideró que la tradición posee valor cognitivo-científico, por tratarse de un sistema complejo de conocimientos.

Además, se reconoce como un valor tradicional, porque es una tradición que distingue y representa a la comunidad de artesanos y el municipio de Quezaltepeque. Su valor simbólico radica en la expresión que representa valores, sentimientos y pensamientos que los particulariza. Y el valor social, porque existe una expresión organizativa y una estructura social que hace posible la recreación y reproducción de la expresión cultural reflejada en los talleres artesanales.

No se sabe con certeza cuándo nació la flor de papel encerada dentro del territorio quezalteco, pero de acuerdo con el acta municipal de 1902, aparece registrada como un producto que circulaba dentro de la ciudad como un oficio tradicional. Sin embargo, las artesanas más longevas, aseguran que este oficio es más antiguo e inició antes de 1902.