Fotografías: Wilson Urbina


Desde que los habitantes de La Cuchilla han comenzado a quejarse por la falta del recurso hídrico, un joven de la comunidad arriesga su vida jalando agua para apoyar a las familias que están dispuestas a pagar sus servicios.

Juan Yoalmo Campos tiene 16 años, cursó una parte de su educación básica en el centro escolar Walter Thilo Deininger, de Antiguo Cuscatlán, pero no terminó. A diario sale a vender fruta preparada por su madre en diferentes zonas para ayudar con los gastos del hogar.



Juan no es el hijo mayor, pero sí el primero de los dos varones procreados por Gladys Marina Sánchez, quien viaja por las mañanas a La Tiendona para comprar frutas y venderlas en la comunidad con el apoyo de su hijo.

Al ver la necesidad por la escasez del recurso hídrico, el joven decidió acarrear agua desde una válvula ubicada en uno de los arriates del centro comercial más próximo a la comunidad. La necesidad lo llevó también a vender sus servicios, cobrando $0. 35 centavos por cada cántaro. Eso gana por jugarse la vida en la carretera. En una mañana puede hacer hasta $5 jalando agua, lo que se traduce en más de 15 viajes; es decir, más de 15 veces arriesgando su vida. Al preguntarle si está consciente del riesgo, él responde que sí. Aunque no le gusta estudiar mucho, sí ama el trabajo, sobre todo, para poder ayudar a su mamá, porque afirma, es “lo más importante” para él.