La mayoría de las casas se encuentran cerradas luego de que los residentes decidieron movilizarse a un albergue. / Gabriel Aquino


El pasaje de la comunidad el Bambú II no se escucha igual, ya no hay risas de niños jugando o voces entre vecinos que relatan su día vendiendo en el mercado, porque las lluvias y el temor al Arenal de Monserrat los llevó a dejar sus casas para resguardarse en un albergue.

El Bambú II es una comunidad ubicada en las cercanías del cementerio La Bermeja, compuesto por 23 familias y aproximadamente 50 personas, en su mayoría jóvenes que rondan entre los 20 y 45 años de edad, que habitan frente al río Acelhuate,o conocido en ese sector como Arenal Monserrat.

Residentes de la comunidad explicaron que hace aproximadamente unos tres años se inició un proyecto de construcción de la “laguna de laminación del Área Metropolitana de San Salvador”, que tenía por objetivo orientar el cauce del río, controlando las cantidades de agua ocasionadas por las lluvias para evitar que zonas como La Málaga se vieran inundadas.

Sin embargo, la construcción dejó atrás a la comunidad El Bambú, sirviendo ahora como “tapón”, según alegan algunos residentes, y provocando que el caudal aumente rebasando la misma construcción y poniendo en peligro a todas las viviendas.

Durante la construcción de este proyecto los vecinos coincidieron en recalcar que se ofreció la movilización de quienes residían en esta zona, sin embargo aseguraron que no más de seis personas fueron las que resultaron beneficiadas con su reinstalo.

Los problemas para la comunidad no se estancan solo en el caudal del río, también a sus espaldas se encuentra un muro de varios metros de altura que durante varios años ha originado deslizamientos, pequeños derrumbes e inundaciones en sus viviendas, a tal punto de aceptar que cuando llueve “no pueden salir de sus casas”.

Durante 20 años, Cecilia Escobar ha sido testigo de lo “impresionante” que puede llegar a crecer este río, a tal punto de observar en primer plano automóviles, cocinas, tambos de gas y un sinfín de pertenencias que el caudal recoge a su paso, y aunque a sus 40 años no ha presenciado una inundación provocada por el afluente sí acepta que este “les quita el sueño cada vez que llueve”.

“El borde que tenemos ahí varias veces se ha lavado, y a veces con pala sacábamos y hasta dejar otra vez limpio. Como han puesto plástico ya no se lava”, agregó Escobar con referencia al muro.


Albergados.


El año pasado a raíz de diferentes tormentas tropicales como Amada y Cristóbal, El Bambú II debió ser resguardado en albergues.

Escobar indica que casi “todo el año” tuvieron que permanecer en estos lugares por la situación climática del país, estando en no menos de tres diferentes escuelas como albergados.

El edil dijo ayer que otro de los bloqueos es por parte del Ministerio de Hacienda, quien se ha negado a hacer una categorización a la comuna.

Mario Soriano, un salvadoreño que ha vivido por ocho años en la comunidad, señaló que a inicios de este año se inició un proceso jurídico para otorgarles propiedades por parte del Fondo Nacional de Vivienda Popular (Fonavipo), y solo esperan que el proceso se finalice pronto.

A pesar de todo, en el 2021 decidieron retornar a sus viviendas porque “ya no obtenían ayuda” en los albergues para subsistir, la mayoría están dedicados a trabajos informales, sin embargo, con las primeras lluvias del invierno han sido nuevamente resguardados en un albergue desde ayer por la mañana en la Casa de la Mujer de San Jacinto, según confirmaba el alcalde capitalino, Mario Durán.

La coordinadora de Protección Civil de El Bambú II, Abigail Umanzor, informó que 12 familias habían decidido evacuar de manera preventiva en la zona, destacando que de estos, cuatro hogares se encuentran en alto riesgo. Hay algunas familias que están en más alto riesgo que otras, las familias que están más a la orilla del río, ellas sí solicitan que se les evacúe porque se consideran que no pueden permanecer en lluvias bastante fuertes”, explicó Umanzor.