La esposa del ingeniero farmaceútico contó a los medios de comunicación cómo se enteró de la muerte de su esposo y que no le habían dado información. El procurador de Derechos Humanos dijo que el ministro de Salud se comprometió a entregar toda la información. / Diego García


Tras permanecer 20 días en cuarentena, el ingeniero Óscar Antonio Méndez Beltrán, de 56 años, gerente de una compañía farmacéutica, fue encontrado muerto en la habitación del hotel al que había sido trasladado desde la Villa Olímpica, donde estaba confinado.

Su esposa Dina de Méndez, denunció ayer que el Ministerio de Salud le negó información de lo ocurrido y hasta ayer en la mañana no sabía cuál fue la causa de muerte; horas después de su conferencia, el gobierno publicó un comunicado diciendo que murió de un paro respiratorio, que tuvo disnea (cansancio) y que padecía de una enfermedad “prostática”, o infección en las vías urinarias.

La esposa de Méndez dijo ayer que todos los días hubo una fluida comunicación, desde que fue puesto en cuarentena, pero el miércoles en la mañana ya no le contestó el teléfono.

Méndez Beltrán viajó a una reunión de trabajo a Panamá y cuando regresó al país, el pasado 13 de marzo, fue sometido a una cuarentena controlada en la Villa Olímpica. “Yo estoy segura que él venía sano, él era una persona sana, no padecía ni de presión arterial alta, ni problemas del corazón, es más, en diciembre él se realizó unos exámenes médicos con uno de los mejores cardiólogos de nuestro país y todo salió súper bien, entonces estoy segura que él no venía con ese virus y si el resultado que me den es positivo, es porque ahí en ese centro de la Villa Olímpica lo adquirió”, expresó su esposa.

Según la cónyuge del ingeniero, estando en la Villa Olímpica comenzó a tener cuadros de mucha fiebre y dolor de cabeza, en el examen que le hicieron determinó que tenía infección en las vías urinarias, para tratársela le suministraron acetaminofén y trimetoprím. “Cuando sabían que una infección bien puesta, un trimetoprím no le iba hacer efecto, el trabajando en una empresa farmacéutica quería llevar su antibiótico y nunca le permitieron”, denunció su esposa.

El pasado 25 de marzo el gobierno decidió trasladar a más de 200 albergados de la Villa Olímpica hacia dos hoteles, uno de esos ubicado en Sonsonate, pero 18 personas entre ellos, el ingeniero Méndez Beltrán, se quedaron porque tenían fiebre y tos.

Posteriormente los mandaron a un hotel en Santa Elena, de Antiguo Cuscatlán, La Libertad. “Yo todos los días me comunicaba con él y siempre me decía que tenía fiebre, que llevaba de 10 a 12 días con fiebre y el día de ayer (miércoles) le llamé toda la mañana, llegó mediodía y no me contestaba, a las 3:30 tomé la decisión de irme al hotel a buscarlo, cuando llegué me recibieron cuatro policías y cuando les dije que era la esposa del ingeniero Óscar Méndez, entre ellos se volvieron a ver y no me dijeron nada solo me tomaron mis datos”, relató Dina de Méndez, quebrantada completamente.

Luego los saldados le manifestaron que no le podían dar ninguna información, que solo una persona del Ministerio de Salud podría hacerlo; tras una hora de esperar en la calle frente al hotel se acercó de nuevo y le dijo a los policías que si no le daban información iba a llamar los medios de comunicación para denunciar el trato que dan a las personas que tienen en cuarentena.

Fue así como una doctora salió para informarle que su esposo había muerto y al pedirle una explicación, no recibió ninguna respuesta.

Según Dina de Méndez, a eso de las 10:00 de la noche del pasado miércoles en una ambulancia sacaron el cadáver de su esposo hacia el Hospital Saldaña y solo le entregaron sus pertenencias, entre ellos el teléfono en el cual había una nota de voz de las 12:02 del mediodía que su esposo le había enviado a un teniente encargado de ese centro de contención.

En ese audio, dijo que se escucha al ingeniero Méndez Beltrán agitado y cansado pidiendo ayuda al teniente, pero nunca la dieron y fue hasta la 1:30 de la tarde que un médico lo encontró muerto, tirado en el piso de la habitación.

La ahora viuda dice que a su esposo le hicieron la prueba de COVID-19 el viernes pasado, pero que no le han entregado la prueba. La procuraduría ha dado asistencia.