El arzobispo fue asesinado en 1980 cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital Divina Providencia, donde ahora se encuentra -además de la capilla- un museo con pertenencias del sacerdote oriundo de Ciudad Barrios, San Miguel; fue canonizado por el Vaticano el pasado 14 de octubre de 2018 en un acto celebrado en la Santa Sede.
Romero, además de ser el primer santo de El Salvador, es también reconocido como “el salvadoreño más universal”, y es por eso que su huella no solo está en el pueblo que lo vio nacer, sino que ha roto fronteras.
En distintas partes del mundo hay un recuerdo de Romero, un busto, una estatua, el nombre de una calle. Todo como manera de conmemorar su legado, no solo religioso, sino como un defensor de los derechos humanos.
“San Romero de América”, como muchos le llamaban desde antes de su canonización - y lo siguen haciendo- ha recibido homenajes póstumos en esta región y fuera de ella, por ejemplo en Panamá, donde hay parte de su cuerpo, con motivo de la más reciente Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2019, un microfragmento de una costilla tomado en su autopsia, que fue llevada hasta este país. Esta fue la primera reliquia de primer grado de Romero que salió de El Salvador y está resguardada en la Arquidiócesis de Panamá.
En Westminster, Londres también lo recuerdan. Otros países en los que se le ha rendido tributo a Romero son Canadá y Estados Unidos, siendo en este último país donde se ubica la calle San Romero de América, una calle de la ciudad de Nueva York, la cual antes era la W. 179 St, situada en el barrio de Washington Heights.
Uno de los más recientes homenajes fue en los jardines “El Salvador”, en Roma, donde se develó una escultura en bronce dedicada a la memoria del santo salvadoreño.
Tampoco es extraño que artistas gráficos se hayan visto expuestos a la promoción de valores como la solidaridad y la denuncia, en la que Romero es la figura principal de sus obras.
Incluso, Hollywood lo trató de retratar con la película “Romero”, protagonizada por Raúl Juliá, que muchos recordarán con su papel de “Gómez Addams” en la película de Los Locos Addams.
La huella de Romero seguirá creciendo y su legado será llevado de generación en generación, con estos reconocimientos o con la lectura de sus libros, donde también se habla de este salvadoreño como persona fiel apegada a principios y a la religión.