El obispo de San Miguel, Fabio Colindres, giró una circular ayer a los sacerdotes de la diócesis de San Miguel donde se dispone suspender todas las reuniones presenciales en las parroquias, a excepción de misas y sacramentos, por los próximos 30 días.
Ayer mismo, la diócesis de San Salvador ordenó la misma disposición a sus parroquias, debido al aumento de contagios de covid-19 y a la muerte de al menos cuatro sacerdotes en octubre.
Que a partir de esta fecha y durante los próximos 30 días, hasta el 12 de noviembre, en todas las parroquias de la diócesis, quedan suspendidas todas las reuniones presenciales, incluyendo retiros, asambleas y convivencias, y todo lo que conlleve exponer a los fieles al peligro de contagio". Fabio Colindres, obispo de San Miguel.
En su carta, el clérigo señala que la disposición incluye movimientos apostólicos, asociaciones laicas, hermandades, comunidades religiosas y todos los grupos pastorales, e insta a hacer las reuniones virutales.
Al igual que San Salvador, señala que las únicas actividades presenciales serán los sacramentos, pero advierte que deberán intensificar las medidas de bioseguirdad en todas las parroquias.
Es decir, mantener el uso de alcohol gel, uso de mascarillas y el distanciamiento social, la comunión deberá administrarse exclusiva y únicamente en las manos". Fabio Colindres, obispo de San Miguel.
Esta mañana, la iglesia católica confirmó la muerte de otro sacerdote salvadoreño a causa del covid-19, el padre Jorge Coquis, encargado de la parroquia Jesús de Nazareth, en la colonia Santa Úrsula, de la diócesis de San Salvador; ayer, los fieles habían avisado que había sido intubado, debido a la situación de sus pulmones.
Con él, suman 12 los sacerdotes fallecidos a causa de la pandemia del covid-19 desde el año pasado.