La plaza del Divino Salvador del Mundo es una de las paradas de autobuses más concurridas, pero hoy está vacía. Es el empalme de las alamedas Manuel Enrique Araujo, Franklin D. Roosevelt, el Paseo General Escalón y el bulevar Constitución. / J.B.


San Salvador llega a su seguido domingo de cuarentena domiciliar obligatoria. Sus calles, habitualmente llenas de peatones y vehículos, se muestran desoladas.

La actividad en el Centro Histórico se ha reducido al mínimo. Entre las calles que unen a las plazas Libertad y Gerardo Barrios apenas circulan personas. Las iglesias y comercios siguen cerrados.

Frente a la iglesia del Rosario apenas hay personas, se cuentan con una mano. En la esquina del cine Libertad un grupo de policías custodia el área, no son los únicos, también hay militares y miembros del Cuerpo de Agentes Metropolitanos, quienes se cruzan con los pocos peatones que atraviesan el corazón de la capital y van de paso a los negocios que aún siguen abiertos. Todos tienen algo en común: portan mascarillas. Incluso los indigentes portan tapabocas.

Habitualmente San Salvador cobra vida desde temprano, sus plazas centrales suelen ser un punto de encuentro para cientos. Hoy, por primera vez en décadas, el portal Sagrera está solo. Tampoco hay ruido.

La imagen del Divino Salvador del Mundo está en uno de los puntos críticos de tráfico de la ciudad, ahora luce vacío. / José Barrera


De no ser por una fila que comienza a rodear al Banco Hipotecario, la zona sería un desierto. Desde temprano muchos hacían fila para tratar de cobrar el subsidio por la emergencia del COVID-19. Todos guardan al menos un metro de distancia.

Pocos comercios informales han abierto, las calles del Calvario y la 4a. Avenida Norte están acordonadas desde la intersección de la Avenida Cuscatlán y la Plaza Gerard Barrios ha sido tomada por las palomas.

En un momento todo se detiene y lo único que se escucha es el sonido de las aves que va creciendo hasta parecer un motor. Son miles y por un momento llegan a cubrir casi una cuarta parte de la plaza.

La catedral metropolitana de San Salvador se mantiene cerrada al público. / J.B.


El Salvador del Mundo sin tráfico

Las cosas no cambian mucho hacia el norte de la ciudad. En la plaza del Divino Salvador del Mundo, habitualmente congestionada, hay apenas circulación.

Frente al Centro Financiero Gigante hay un retén y otro en el inicio del bulevar Constitución. Los policías detienen buses cada cierto tiempo, pero la circulación es baja.

Aún falta tiempo para que se levante la cuarentena. La población se ajusta a una nueva y extraña realidad que limita la interacción social. La ciudad, como otras de la región, se acomoda a jornadas atípicas, de escasa movilidad y miedo a una pandemia que azota al mundo.

 

El histórico portal Sagrera, en los contornos de la Plaza Libertad, tiene a todos sus comercios cerrados. / J.B.


 

El bulevar San Romero es la vía con más carriles en El Salvador. Desde hace una semana luce así. / J.B.


 

La avenida Cuscatlán, frente al Palacio Nacional. El comercio informal se ha reducido al mínimo y el paso de peatones es esporádico. / J.B.


 

En los últimos meses el tránsito en el Bulevar del Ejército Nacional era denso, incluso los fines de semana. Ahora es fluido. / J.B.


 

La Plaza Libertad se mantiene cerrada al público. Además de policías, militares e indigentes, pocos de los que transitan son empleados. / J.B.