Tal Como lo hice la semana pasada, me encuentro en una labor intelectual de poder entender y expresar lo que los conceptos clásicos de “derecha” e “izquierda” significan y plantean, y además lograr encuadrar con meridiana claridad la evolución que tales palabras han tenido y tienen, así como cuáles son los criterios que se pueden utilizar de parámetros o marcadores para su entendimiento y actualización.

Uno de los libros clásicos del gran filósofo jurídico y político Italiano Norberto Bobbio, es sin dudas su libro “Derecha e Izquierda”, en cuyo primer capítulo se abre el debate con la distinción planteada, y establece que izquierda y derecha son conceptos “recíprocamente exclusivos y conjuntamente exhaustivos”. En este sentido, ni una doctrina ni un movimiento pueden ser de “izquierdas y de derechas” a la vez. Aun así, aunque Bobbio señala la existencia de corrientes de pensamiento que han ido modificando el concepto de izquierda y derecha, podemos establecer que existen dos grandes áreas ideológicas en la que se puede dividir el pensamiento político: la progresista y la conservadora.

Bobbio también describe la posibilidad de que la división izquierda-derecha pueda, en opinión de algunos teóricos, haber quedado desfasada. De hecho, se ha intentado construir una tercera opción que pretende superar la anterior dicotomía. Para quienes defienden esta “tercera vía”, este camino sería no tanto una opción de centro entre dos opciones extremas, sino más bien como una especie de “superación de conceptos”, algo más relacionado con lo funcional que con lo utópico, aunque tomando siempre como “pivote” la existencia de un mercado y ciertas libertades que se dan por descontadas.

Más adelante Bobbio habla de los moderados y los extremistas. ¿Es posible que los extremos de derecha e izquierda se toquen? Según Bobbio, sí. En contraste con los moderados, para los que la negociación es la base de la concertación política, los extremos ven ésta como algo más próximo a cuestiones de amigo y enemigo, por usar la terminología de Carl Smitt. Citando a este último pensador -próximo al nazismo, pero también reivindicado en muchos de sus postulados por la izquierda-, Bobbio establece que, al igual que Nietzsche, hay pensadores transversales entre las dos orillas: la extrema izquierda y la extrema derecha. Quizás el carácter rupturista con el liberalismo político y económico sea una característica común, sin embargo, las alternativas que proponen ambas ideologías difieren entre sí. Pero debemos aceptar que a veces también las opciones moderadas se entrelazan –a veces tanto que ni se distinguen-, por lo que esto también puede ser un problema para los moderados en tiempo de incertidumbre y conflicto social.

Comunismo, socialismo, liberalismo, fascismo, anarquismo, como corrientes ideológicas clásicas han sido objeto de significación y estudio, pero también aspectos como la patria, la religión u otras variables, pueden ser fruto de discordia dependiendo de que se miren desde un prisma de izquierda o derecha. ¿Es la izquierda atea? ¿Y la derecha siempre religiosa? Entonces, ¿dónde colocar la Teología de la liberación o el neoliberalismo materialista?

Así pues, atendiendo a esas grandes áreas de las que hablamos al inicio -progresista y conservadora-, Bobbio introduce una serie de elementos que permiten vislumbrar mejor las diferencias -a niveles generales y desde una perspectiva histórica- que han mantenido tanto la izquierda como la derecha. Por ejemplo, el concepto de emancipación, más propio de la izquierda, o la tradición, más propia de la derecha. Pero también hay varias cuestiones muy interesantes que se abordan de forma esquemática en el pensamiento de Bobbio: la igualdad y la desigualdad, o por otra parte, la libertad y la seguridad.

Si bien la democracia liberal establece la igualdad ante la ley, siempre ha habido una tendencia fuerte en la izquierda por asegurar la igualdad de oportunidades y en ocasiones, también se ha caído en conceptos igualitaristas. La igualdad radical en todos los aspectos, que nadie tenga más que nadie, ha sido una premisa en diversas construcciones políticas y de convivencia, influenciadas por ideologías izquierdistas. Por el contrario, la derecha, tradicionalmente ha venido justificando desde las desigualdades propias de la aristocracia, reyes, etc., las naturales generadas por el sistema económico.

Los temas de la libertad, la autoridad o la seguridad, también generan debate. Al igual que tenemos que determinar qué es la igualdad, tenemos que determinar también qué es la libertad. Así pues, y como señala Bobbio, el desafío por la igualdad aún sigue. No todos tienen las mismas oportunidades, y esto es algo que sigue siendo un debate político, y a la vez una dialéctica constante entre la izquierda y la derecha. Continuará…