Un año más de Independencia y con ello actos solemnes se suman a dicha celebración. Pero más allá de ello ¿vivimos como se debe las sagradas palabras que ostenta nuestra gloriosa bandera nacional? Veamos pues:

DIOS: Al caer el sol, el hombre ve cuan vacía y desorientada está su vida y de quienes le rodean. Demás está enumerar los hechos económicos y sociales que se ven, escuchan, que llegan a los sentidos, etc. De ahí que surge la interrogante ¿Sabemos hacia dónde vamos y si ese camino es el correcto, tanto en el plano individual como colectivo? La crisis que vive el hombre nace en su interior, lo que trae consigo la minimización del ser como un todo. La sociedad cayó en un vacío de identidad, la cual la podemos identificar con diferentes factores. Ya que de forma voluntaria o no se ha asumido el hecho que los ciudadanos, han adoptado una forma de visualizar el futuro presente debido en un alto porcentaje al vacío espiritual del que son presos. Hoy día, la mayor amenaza no necesariamente es lo material, sino más bien el ocaso pragmatismo de la vida, el cual se traduce al relativizar los valores, el cuestionamiento de la verdad hacia la fe, el instalarse como eje individual de todo proceder negativo, lo cual es visto como toda “normalidad” . El cual contrasta con la ética humana y provoca esta deformación moral de todos conocido. El factor de identidad contribuye de manera sustancial, debido a que el propio desempeño, funcionamiento, interacción y el carácter de una persona se forma mediante el medio en el que nace, crece y se forma con lo cual se hará notar para bien o mal y sumado a ello su interior lo exteriorizará con mayor fuerza hacia el entorno que deberá enfrentar. Una muestra de ello es la corrupción nacional, la cual es inducida por el mismo ciudadano produciendo una mayor vulnerabilidad a las ya experiencias impunes que se repiten día a día, extendiendo con mayor complejidad las daños sociales que en algunos casos son irreversibles. Mientras el ser humano no reconozca que vive alejado producto del distanciamiento de quien le dio la vida, capacidad de discernir, crear, etc. continuará en su eterno conflicto interno como compañero de ansiedad extrema.

UNION: No existe mayor vínculo solidario como es la Familia, ésta que cada vez más es atacada cuando su aporte como grupo social es determinante ya que inculca los valores tan rechazados hoy día. Es precisamente la familia el ente por excelencia en el que sus miembros al ser orientados correcta y debidamente sentirán un sólido compromiso con sus ideales, los cuales los impulsará como futuros ciudadanos a optar a un alto grado de lealtad y el cual se reflejará en su ético actuar en las diferentes actividades en la colectividad.

LIBERTAD: Como facultad humana, “La libertad está ligada a la capacidad de decidir por sí mismo en el ser humano, y está ligada a la moral y la ética”, sostenía Aristóteles. De ahí como condición en un Estado democrático basado en la Constitución (el alma del estado) la cual nos asiste con mecanismos de participación y supervisión a quienes hemos delegado la responsabilidad de administrar bienes estatales. Porque expresar y exigir acciones en las áreas gubernamentales es propio de la pluralidad. Gobernantes y políticos olvidan que la democracia protege dichos derechos y además quienes están en ella hacerlos efectivos. Quienes se resistan a vivir en democracia mutilan el estado de derecho. En síntesis, si la ciudadanía no descarta ese comportamiento y mentalidad conformista ante la realidad quedará en el lumbral del vacío. Recordemos: “La cabeza no solo es para el rebozo y el sombrero, también es para pensar”.