Aproveché el feriado de agosto para terminar de leer el libro “El Bien Común” recientemente publicado por Robert Reich, pensador político respetado, autor prolífico de 15 libros, Secretario de Trabajo en la primera administración Clinton y actualmente Profesor de Políticas Públicas en UC Berkeley. Reich escribió “El Bien Común” “como una contundente respuesta a los vientos de división, cinismo e interés propio que se han generado últimamente en los Estados Unidos y en otros países”, hace un llamado a la imaginación moral de sus conciudadanos, basa sus argumentos en el sentido común y la realidad cotidiana, y demuestra que el Bien Común debe existir porque constituye la esencia de cada nación.

“Las sociedades pasan por ciclos virtuosos que lo refuerzan y ciclos viciosos que lo minan, tal como ha sucedido en Estados Unidos en las últimas cinco décadas. Este proceso debe ser revertido, pero en primera instancia es necesario sopesar las obligaciones morales de cada ciudadano y definir cómo un país debe adherirse al honor, vergüenza, patriotismo, la verdad y el verdadero significado del heroísmo”.

En este libro Reich hace referencia al perverso objetivo de “ganar a cualquier costo” tanto en los negocios como en política. Si el objetivo de un negocio es hacer tanto dinero como sea posible en el menor tiempo y sin importar como se logre, el Bien Común es fácilmente sacrificado y al final el negocio cae aparatosamente en medio de problemas legales. Reich señala que en 1960 el 60 % de los americanos confiaba en su gobierno y el 29 % consideraba que estaba enfocado a intereses especiales; actualmente las estadísticas se han revertido, pues 76 % considera que el gobierno trabaja para grandes intereses y solamente el 19 % que está dedicado al beneficio de todos.

Según Reich es indispensable restaurar en Estados Unidos el compromiso al Bien Común ya que sin él hay un evidente derrumbe de la sociedad. El primer paso es contar con el claro liderazgo de personas honestas y con autoridad formal en el sector privado, universidades, organizaciones no gubernamentales e iglesias históricas.

Las sociedades también fortalecen el Bien Común honrando a verdaderos hombres de bien y rechazando a los corruptos con el apoyo de un Sistema Judicial transparente y valiente, lo mismo que fortaleciendo la educación cívica en las escuelas. Debido a que esto puede llevar mucho tiempo, en la parte final del libro Reich trae a colación la frase del teólogo Reinhold Niebuhr: “Lo realmente valioso muchas veces no podremos lograrlo en la vida, pero seremos salvados por la fe”. Es una forma de poder responder a la Justicia Divina cuando nos pregunte por los Dones que nos dio.

Habiendo conocido a los americanos por más de 50 años, con hijos, nietos, queridos amigos y colegas de esa nacionalidad, no tengo duda que Estados Unidos recuperará el liderazgo que le dieron Jefferson, Lincoln, Roosevelt y Kennedy.

En cuanto a nuestro país, los juicios a Saca y Funes son apenas el comienzo de una transformación de nuestra sociedad, en la que la indiferencia, la complicidad y la injusticia han sido las reglas del juego, pues casi nunca se ha buscado con seriedad el Bien Común.

Las elecciones de Saca, Funes y de corruptos e ineptos funcionarios y diputados se debieron a que los dos principales partidos políticos aplicaron el concepto de “ganar a cualquier costo”, sin reparar en su capacidad y antecedentes.

El inicio del largo camino de la transformación podría ser interrumpido si no se elige a nuevos Magistrados de la Sala de lo Constitucional competentes y honestos, y si no nos concentramos en el Bien Común; no debemos permitir esa interrupción.