Existe un corto escrito adjudicado a Carlos Slim, exitoso empresario mexicano, que dice: El éxito se debe a cuánta gente te sonríe, a cuantas gentes amas y cuantos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu. Se trata de sí te recuerdan cuando te vas, se refiere a cuánta gente ayudas, a cuánta evitas lastimar y si guardas rencor en tu corazón. Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños. De si tus logros no hieren a tus semejantes. Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás. Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si fuiste arrogante o humilde, soberbio o considerado, si fuiste exigente o tolerante.

Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar, tus valores sobre la conducta. No acerca de cuantos te siguen sino de cuantos realmente te aman. No es acerca de transmitir sino de cuantos te creen si eres feliz o finges estarlo. Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta, tu deseo de ser más, no de tener más. “Eso es el éxito”

Por otro lado, el término veterano tiene al menos tres acepciones: el que ha prestado servicio mucho tiempo en la milicia; el que ha desempeñado durante mucho tiempo una profesión o un oficio, o posee una vasta experiencia en una actividad y dicho de una persona: de edad madura. Retomaremos la primera acepción, para aquel personal militar que ha hecho carrera y esta actividad le ha permitido acumular experiencia en la profesión.

La Constitución establece que la carrera militar es profesional. Dejando por fuera a los mercenarios y corsarios, ya que está regulada por los estatutos de la Ley de la Carrera Militar.

Esta ley establece como se ingresa, como se desarrolla dentro de la misma, como es el proceso de ascensos, como se deja de ejercer y cuando termina la carrera. En la mayoría de los casos, se llega a la Situación de Retiro. Siendo el estado en que se encuentran lo militares que hacen uso del derecho a una pensión.

Hay algunos que logran ser veteranos de conflicto, otros no. Pues esto solo se obtiene viviendo y compartiendo las vicisitudes del combate, sufriendo las pérdidas de subordinados y conductores, reconociendo los logros de los objetivos trazados como equipo. Y no con un día de caminata en el campo de batalla. Tarde o temprano todos los veteranos del conflicto o no, llegaran a la “Honrosa Situación de Retiro” como se les denomina en los actos protocolares militares, solo cuando son invitados. Pero honroso también es vestir el uniforme a diario, con los galones legítimamente obtenidos, así como las distinciones y galas, reflejados en medallas ganadas a pulso, en leal competencia con los pares. Y solo hasta ese momento del retiro, cuando se pierde el mando y se desaparece la subordinación, es cuando se conoce el éxito en la carrera. Cuando se aprecia cuánta gente te sonríe al paso, a cuantas gentes admiran tu sinceridad, sencillez, espíritu y don de gente.

El éxito del militar se refiere si te recuerdan cuando te vas, a cuánta gente ayudaste, a cuánta evitaste sancionar injustamente. Se trata de si tus logros no hirieron a tus semejantes. Sí usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si fuiste arrogante o humilde, soberbio o considerado. Se trata de mantener tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y el respeto de tu familia.

El éxito en la carrera militar solo se conocerá, en la situación de retiro y se sentirá cuan apreciado se es; por las visitas que realicen, de llamadas que se reciban, de las solicitudes de consejos y orientaciones profesionales de subordinados. Nadie visita, llama o evita saludar, a quien no fue líder; sin liderazgo en los más de treinta años, no se fue exitoso y desperdició en la carrera militar. Pues el liderazgo no se da por decreto.