Mucho se ha hablado en los últimos días sobre un joven que no sabe absolutamente nada de historia patria. Sencillas preguntas, cuyas respuestas hace cuatro décadas todos los niños sabíamos en segundo grado, hoy al parecer se gradúan de bachilleres sin saber siquiera la diferencia entre la flor de izote y el mozote o si Juan Aberle y David Joaquín Guzmán eran la misma persona.

La situación es tan grave que los que escuchamos las respuestas nos reímos a carcajada limpia, como pensando que era una ocurrencia, un simple chiste, pues es difícil de creer que la educación primaria de nuestro país sea tan pobre y deje tanto que desear. Carcajadas que realmente deberían de convertirse en las más amargas lágrimas de impotencia y desesperación al darnos cuenta que las bases sobre las que están creciendo estos jóvenes sean tan endebles y mediocres. Y eso que no estamos hablando de la ortografía, tema completo para otro día. Nos hemos acostumbrado a alegrarnos cuando la nota media de la PAES supera el 5. Un verdadero desastre para el futuro de nuestro país. El expresidente de los Estados Unidos, Benjamín Franklin (1706 – 1790) sabiamente dijo: “UNA INVERSIÓN EN CONOCIMIENTO PAGA EL MEJOR INTERÉS”.

Pero si somos objetivos, no tenemos que escarbar mucho para encontrar el centro del problema; las mismas autoridades que están al frente de los ministerios, nos dejan sin aire al escuchar sus declaraciones o leer sus impresos. ¿Cómo se le va a pedir más a los estudiantes, si sus maestros y superiores son capaces de catalogar de “Presbíteros y Doctores” a todos los próceres de la independencia, incluyendo a los Generales casados y con hijos? Ver esos afiches pegados en las paredes de todas las escuelas, es otro chiste de salón. Otra pena ajena, otro llanto de incredulidad.

Es tan aberrante la situación que también hemos visto con total incredulidad como el mismo Presidente de la República, acompañado de su Vicepresidente, en un acto que atenta contra la Ley de Símbolos Patrios cantan el Himno Nacional apoyando su mano IZQUIERDA sobre su pecho. Basta leer el artículo 25 de dicha ley que LITERALMENTE dice: “En todos los actos públicos o en cualquier lugar o momento en que el Pabellón o bandera nacional sea izada o arriada o ejecutado el Himno Nacional, TODA PERSONA DEMOSTRARÁ SU RESPETO Y CULTO A ESOS SIMBOLOS, DESCUBIERTO, EN POSICIÓN DE FIRMES CON LA MANO DERECHA APOYADA SOBRE EL PECHO Y A LA ALTURA DEL CORAZÓN” además, por si eso no fuera suficiente, antes, en su artículo 24 dice: “incurrirán en falta grave, con las consecuencias legales, INCLUSO LA DESTITUCIÓN, según el caso, los funcionarios, jefes o empleados de oficinas y dependencias del gobierno central, de instituciones oficiales autónomas o semi autónomas, municipales, así como aquellas de nombramiento oficial que trabajen en instituciones que reciben ayuda del estado que no cumplan con las disposiciones contenidas en esta ley o que irrespeten de cualquier manera los símbolos patrios”. Y ésta es una ley que data de 1972, es decir, tiene 46 años de validez.

Uno de los grandes errores que como ciudadanos estamos cometiendo a diario, es acostumbrarnos a dejar pasar, como inocentes faltas, todas aquellas transgresiones a las diferentes leyes de la República y lo hacemos por desconocimiento, por apatía, por impotencia; porque damos por un hecho que la corrupción que nos envuelve no va a dejar que la rueda de la justicia gire cumpliendo con su rol constitucional.

Nos estamos acostumbrando a ver que nuestra patria se rompe en pedazos, que nuestra soberanía se va por los tragantes, que nos venden como se venden nuestras islas y nuestro patrimonio y no actuamos, no gritamos, no nos hacemos sentir; en fin, nos están robando hasta nuestra identidad y simplemente nos resignamos a ser víctimas de nuestro destino, es hora de decir BASTA YA!!!

El gran historiador griego Thucydides (460 aC – 395 aC) recalcó: “LA IGNORANCIA ES ATREVIDA Y EL CONOCIMIENTO, RESERVADO”; Que Dios te salve, Patria Sagrada.