De cara a la próxima convocatoria democrática para elegir al nuevo Presidente de la República, los electores que piensan en su país, los que quieren votar con la cabeza y no con el hígado se hacen las reflexiones siguientes: El presidente que queremos: Un hombre que comparte nuestra fe en Dios y que asienta sus valores en aquellos contenidos en el inamovible fundamento de los Diez Mandamientos y los códigos éticos de la civilización Occidental.

Una persona dinámica formada y orientada por el pensamiento contemporáneo, comprometida con los ideales futuristas del desarrollo económico y social del país que tienen como objetivo principal mantener el principio de la libertad de empresa; totalmente divorciada de los viejos y fracasados sistemas totalitarios del Siglo XIX.

Alguien consciente de la nueva realidad económica tecnocrática mundial y del papel que le corresponde desempeñar en él a la nación, en concordancia con las naciones del mundo libre.

El nuevo presidente de la República deberá responder a las expectativas populares de Libertad, Paz y Prosperidad.

Libertad como el más anhelado y merecido derecho de los pueblos trabajadores; libertad de trabajar para para un futuro de abundancia que responda a las necesidades del hombre y de su familia;

Paz, esa paz que permite a la población transitar con seguridad, sin temores ni sobresaltos por las calles de sus ciudades; la paz que supera los egoísmos y el mesianismo engañoso de aquellos promotores del benefactorismo, del enfrentamiento de las clases sociales, del ejercicio totalitario del poder del Estado.

Prosperidad como el legítimo derecho que tienen los pueblos para alcanzar un trabajo bien remunerado, la adquisición de una vivienda digna y capacidad económica para la formación académica de sus hijos.

La nueva visión política comprende un régimen tributario acorde con las necesidades actuales y futuras del país, con el justo y suficiente aporte fiscalizado por la gente misma, como garantía de un gobierno honesto y eficiente.

La buena administración de los impuestos y eliminar la expansión de gastos y el crecimiento burocrático es otra de las herramientas del nuevo gobierno para fomentar el comercio y la industria, el ahorro, la inversión y la productividad. Alcanzar esta meta permitirá reducir trámites administrativos que atenta contra el desarrollo.

La presencia de una persona capaz de integrarse por completo a la población, introduciendo cambios sustanciales a la forma de hacer política fundamentada con ideas, argumentos y hechos tangibles. Un presidente que esté en estrecho contacto con la gente para velar por su bienestar, oyendo sus expectativas y cubriendo sus necesidades. El voto, además de ser el ejercicio pleno de la democracia, es el arma más poderosa de los hombres libres.

El nuevo gobierno está comprometido con el fortalecimiento de las instituciones democráticas, encargadas de regular el funcionamiento de la República, mediante el sano equilibrio de los pesos y contrapesos del poder político.

En este contexto se tiene la certeza de que el nuevo gobierno no sólo está representado por el Presidente de la República, sino por un gabinete integrado por hombres y mujeres jóvenes con formación académica y personas conocedoras de las claves del poder.

La educación, la salud, la seguridad, la protección del medio ambiente y la administración de la justicia son, entre otras, las prioridades de una clase política innovadora que progresa a la par de los cambios tecnológicos que, en forma acelerada, influyen en el sentir y pensar de las actuales y próximas generaciones.

El 3 de febrero será una fecha histórica que marcará la vida de los salvadoreños en los años por venir, lo que requiere de una voluntad electoral orientada por corregir los errores del pasado y sentar las bases de una futura sociedad de valores.

El 3 de febrero hay que votar con la inteligencia que hemos recibido de Dios. Carlos Calleja, es el candidato a la presidencia de la República que reúne las cualidades a las que me he referido; es por ello que exhorto emitan su voto a favor del candidato presidencial de ARENA.