Oficialmente la campaña electoral para los comicios de diputados comienza el 27 de este mes; mientras que la campaña propagandística para alcaldes y concejos multipartidarios inicia el 27 de enero del próximo año. Sin embargo, en un país donde ningún partido político respeta los tiempos establecidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), desde siempre los políticos nos tienen sometidos a una desagradable y manipuladora campaña electoral. Toda acción política o partidaria se ejecuta con intencionalidad electoral y los afectados somos los de siempre; es decir los ciudadanos.

Los partidos, todos sin excepción, están en plena campaña electoral y han hecho de la mentira, la ofensa y la manipulación la estrategia por excelencia. Miente el gobierno, mienten los alcaldes, mienten los diputados, mienten los candidatos, mienten los analistas vinculados a intereses políticos y/o mezquinos, mienten todos los que se mueven por intereses partidarios y personales. Lo peor es que muchos ciudadanos ni siquiera se dan cuenta que están siendo manipulados y creen a ojos cerrados las posturas de los políticos. SI se analiza cada acción de los actuales funcionarios de las alcaldías, la Asamblea Legislativa, el Gobierno y de quienes aspiran a ser funcionarios (edilicios o parlamentarios) es fácil darse cuenta que hay intencionalidad electoral y por ende falsas promesas. Algunos son tan descarados que desde hace meses o mejor dicho desde siempre, se mantienen en campaña permanente. No mueven un dedo si eso no les da fruto electoral.

La intencionalidad electoral se detecta con facilidad en cualquier acción populista o mensaje cargado de acusaciones fundamentadas o no, en contra de sus contrincantes políticos. Los paridos y sus partidarios (muchos manipulados) no dan almuerzo gratis sin buscar un beneficio electoral. Los políticos partidarios son expertos en ver a los ciudadanos como simples votos y no como seres humanos con necesidades y aspiraciones, mucho menos con derechos. Algunos hacen hasta lo imposible por obtener cualquier voto, desde comprar voluntades aprovechando lasnecesidades hasta reunirse con delincuentes consumados (pandilleros) para procurar sus votos. Hablan de seguridad y negocian con los que generan inseguridad, critican a los otros cuando ellos son más de lo mismo.

Algunos reparten escobas, delantales, cántaros, calendarios y toda suerte de baratijas con tal de procurar un voto. Se vuelven más religiosos que de costumbre, patrocinan eventos deportivos, jaripeos, fiestas patronales, elecciones de reinas y cualquier tipo de actividad, toda vez su foto “haciendo el bien” sea difundida a como de lugar. Otros reparten lo que no es de ellos, por ejemplo ayuda oficial del gobierno central o de las alcaldías, que al final pagamos todos los salvadoreños con nuestros impuestos.

Es una lástima que los partidos políticos lo vean todo con criterio personal y con aspiraciones de poder, porque la mayoría mienten. Prometen situaciones que jamás cumplirán porque son incapaces o porque han hecho de la política el arte de la mentira. Los políticos, por mera conveniencia mienten cuantas veces sea necesario hacerlo y se vuelven expertos en culpar a otros, especialmente a sus rivales, de sus propias inoperancias. Viven culpando a otros por sus propios errores y se venden como redentores aunque sean viejos conocidos de la corrupción o fomentadores de la misma. Los ciudadanos que generamos producción para el país simplemente somos la masa electoral y estamos en medio de la vorágine que genera la ambición de poder de quienes lo ostentan y de quienes aspiran a poseerlo. Desde luego por ahí debe haber algún político justo, pero hay que buscarlo con lupa. Probablemente estos políticos justos estén invisibilizados por aquellos que han hecho de la política una forma de vida bonancible a costa de los demás.

La campaña electoral abusivamente está vigente, fuera del tiempo legal establecido en el Código Electoral que pareciera que nadie respeta o que cada quien interpreta según sus conveniencias. El TSE, el ente más partidarizado después de la Asamblea, se limita a “ver llover desde la ventana” mientras el techo se anega y amenaza con hundirse. Quizá una reforma a la Constitución pase por despartidirizaral TSE y dejarlo en manos de profesionales técnicos.

Tan necesaria es la despartidización del TSE como la despolitización de las Fuerza Armada, la PNC y todo lo que sea institución oficial del Estado. A menos de un mes que oficialmente inicie la campaña para diputados y a dos meses de comenzar la campaña de concejos, muchos ya estamos hartos de la campaña y de la violencia electoral que ya asoma irremediablemnte. Como siempre.