Todos sabemos la gravedad de las finanzas públicas. Así como la irresponsabilidad por parte de los gobernantes la cual ha llegado a tal grado que el país esta hundiéndose, basta ver la iliquidez gubernamental y el vacío de credibilidad en la administración central que ha sido incapaz de solventar, escatimar y ahorrar. De nada servirá un “ Pacto fiscal” si el país no cuenta con acciones que establezcan orden, cuyas particularidades sean determinantes para alcanzar objetivos a consensuar.

El desparpajo financiero del régimen, me recuerda aquel cuento de El Frasco y las piedras: En el que un experto brindó una conferencia a un sólido grupo de profesionales en el que para definir su presentación realizó una pequeña evaluación a los asistentes: El orador sacó de la mesa principal un jarro de vidrio, de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Posteriormente sacó alrededor de una docena de rocas del tamaño de su puño y empezó a colocarlas una a una.

Al ver que el jarro estaba “lleno” como los intereses a pagar de la tarjeta de crédito estatal, preguntó a los asistentes: ¿Está lleno el jarro? Los presentes afirmaron con un tajante Sí. A lo que él dijo: ¿Están seguros? , no conforme volvió a la mesa y saco una cubeta con piedras relativamente pequeñas. Echó un poco de piedras en el jarro y lo movió hasta que las piedras se acomodarán.

Por segunda ocasión cuestionó a los asistentes: ¿Está llenó el jarro? A diferencia de la respuesta al unísono que escuchó el orador, en esta ocasión un profesional dijo: “ probablemente no”. Por tercera ocasión sacó de la mesa otro balde pero con arena y empezó a echarla al jarro. Nuevamente exclamó: ¿Señores, está lleno el jarro? Luego de observarse unos a otros, respondieron con un parco ¡No! A pesar de ello, el conferencista saco una jarra llena de agua y echó agua al jarro hasta llenarlo. Al concluir la demostración preguntó: ¿Cual es, a su juicio, la enseñanza de este ejercicio? Inmediatamente se levantó uno de los asistentes y dijo observando al resto de colegas profesionales: La enseñanza es que no importa qué tan lleno está tu horario, si de verdad lo intentas siempre podrás incluir más cosas…

Te equivocas le respondió el expositor: el punto de esta demostración es que: “Si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún momento”. Sencilla pero sabia demostración la antes descrita, la cual nos lleva la siguiente interrogante: ¿Cuáles son las piedras grandes en el país? : La impunidad, la corrupción en el sistema judicial, la violencia, el narcotráfico, las finanzas del país.

La nación debe ser financieramente responsable, de ahí que debe tener prioridades. Un presupuesto técnico no politiquero exigimos, porque así sabrá la ciudadanía hacia donde van sus impuestos. En una empresa, independientemente su tamaño o giro comercial, saber y ejecutar adecuadamente los flujos de caja y balances son determinantes para que un negocio camine, pero si esto no se aplica en el presupuesto desde el inicio, difícilmente podrá saber dónde terminará a fin de mes. Como le sucede al gobierno central. Priorizar es determinante, así como vivir con los medios que se tienen. Ser realistas, pero si seguimos con esas piedras: Funcionarios que creen ser jeques árabes que gustan viajar en avión de lujo, pasearse en costosos coches, grandes “staff” de personal, etc.

De no dar un golpe de timón iremos de mal en peor. Insisto, el país debe priorizar, es precisamente esa premisa la que debe estar en la primera línea de acción.

Bien dijo, Phillippe Starck: “Cuando la necesidad está a la vuelta, olvide las bonitas sillas, los hoteles lujosos. Hay prioridades”.