Le escuché a un alto funcionario de este gobierno decir que tenía sus dudas sobre las motivaciones que estaban tras las banderas blancas de miles de ciudadanos implorando por comida. Según dicho funcionario algunas personas les habían manifestado que en la noche algunas personas les iban a colocar a sus casas las banderas blancas sin que ellos se dieran cuenta.

Evidentemente la posición del referido funcionario es solo una forma política y reduccionista y de las necesidades de la población más vulnerable. Son miles de familias las que han salido en todo el país a rogar por alimentos, porque la pandemia y en algunos casos las tormentas, les han generado una crisis alimentaria que ni las alcaldías ni el gobierno central ha podido solventar al cien por ciento.

Las familias han salido a las carreteras y a vías transitadas para solicitar ayuda. En la colonia Escalón de San Salvador, a lo largo de la autopista al aeropuerto internacional, en la autopista a Santa Ana, en la carretera Panamericana y en muchas más es posible ver a mujeres cargando niños, a ancianos y a personas pobres de todas edades con banderas blancas con mensajes implorando alimentos.

Es cierto que el Gobierno Central y las alcaldías han repartido alimentos, pero no ha sido suficiente y siempre han dejado zonas aisladas sin que hayan entregado paquetes alimenticios. Por ejemplo en la colonia San Judás de Ciudad Delgado, una colonia frente al penal de Mariona, las familias se quejan de los funcionarios pues solo los visitan en tiempos de campaña electoral y ahora que tienen necesidad nadie les ha entregado ayuda.

En la autopista al aeropuerto, en las inmediaciones del kilómetro 25, una joven madre de tres niños residente en la lotificación San José de Olocuilta, clamaba por leche para su bebé y llorando me expresó que a ella no le dieron ayuda porque quienes llegaron a proporcionarla le pidieron su DUI, el cual lo obtuvo cuando vivía en otro lugar y de parte de la alcaldía solo le entregaban a las personas que tenían registrado un domicilio en el municipio. En ese mismo lugar, al menos otras seis personas adultas señalaron que no habían recibido nada de nadie.

En la autopista a Santa Ana, en las inmediaciones de El Congo, varias familias señalaron que no les dieron los 300 dólares ni alimentos ni paquetes agrícolas porque la escogitación la hicieron representantes de partidos políticos que dejaron fuera a familias que no simpatizaban con ellos.

En fin han sido miles de familias las que no han recibido ayuda oficial o han recibido insuficiente ayuda, pues los paquetes no duran para tres meses o más. Es posible que las autoridades del gobierno central y los mismos concejos municipales hayan pretendido hacer bien las cosas, pero el problema es cuando han permitido que la ayuda haya sido entregada a través de partidos o personas con aspiraciones políticas. Incluso a través de empleados que pudieron manipular los criterios para entregar los alimentos. En San Miguel, por ejemplo, un alto funcionario del Gobierno Central entregó a un exalcalde y político reconocido mil paquetes alimenticios para que los entregara personalmente en busca de afianzar sus aspiraciones políticas. Simulares situaciones han ocurrido en muchos lugares, donde los listados de beneficiaros los han efectuados afiliados a partidos.

Al final las banderas bancas son el símbolo de la necesidad y una forma pacífica de implorar ayuda y evitar salir a saquear negocios como ha ocurrido en otros países. Este gobierno debe afinar mejor la forma de entregar la ayuda. La Fuerza Armada y la PNC han efectuado una loable labor digna de felicitaciones, pero también hay que criticar que en algunos lugares donde los partidos o personas con intereses políticos han intervenido se han dado casos de negligencia humanitaria que ha afectado a muchas personas pobres y en extrema pobreza.

Un empleado de la alcaldía de Santo Tomás me dijo que a una familia ya le habían entregado ayuda. Fui a ver a esa familia de seis miembros y en efecto hace más de dos meses le entregaron una bolsa con dos botellas de aceite, dos libres de arroz, dos libras de frijoles, una bolsa de sal, dos sopas instantáneas, una bolsa de harina de maíz, dos sardinas enlatadas y una docena de huevos. Les duró pocos días y desde entonces nadie las ha entregado nada. Ellos siguen ondeando sus banderas blancas… porque tienen hambre.