Ricardo Castaneda, consultor del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), dijo que en el país hacía falta un plan económico para enfrentar la crisis del COVID-19, así comokjhg una estrategia para obtener los recursos financieros necesarios en condiciones de tasa de interés y plazo que el país pueda pagar en los años futuros.

El gobierno elaboró oportunamente un Plan de Salud contra el Coronavirus, pero las políticas económicas se han venido diseñando sobre la marcha. Se debe continuar priorizando el salvar vidas durante la crisis del COVID-19, pero también debe evaluarse la situación en término de las vidas que se perderán en el futuro, por causa de la crisis económica estructural agravada por la crisis económica generada por la pandemia de este virus.

Las características generales de la crisis económica generada por el COVID-19, en la mayoría de países, posiblemente serán las siguientes: falta de capacidad de compra de la población; limitaciones de capital de trabajo de las empresas para financiar sus operaciones normales, especialmente las micro, pequeñas y medianas empresas; escasez de la mayoría de materias primas agrícolas y mineras, durante algunos meses o años; proteccionismo arancelario de parte de la mayoría de países; aumento de precios de bienes y servicios; los gobiernos y los organismos multilaterales (Banco Mundial, BID, etc.) con poca capacidad para apoyar financieramente el proceso de recuperación económica.

En El Salvador tenemos desde hace aproximadamente treinta años una crisis económica estructural que se caracteriza por mantener niveles bajos de inversión, productividad, producción, exportaciones e ingresos públicos; así como elevados niveles de consumo y de importaciones. Siendo las remesas familias y el endeudamiento público, el financiamiento que ha mantenido funcionando la economía salvadoreña durante los últimos treinta años. Se ha tratado de superar esta crisis económica utilizando la estrategia neoliberal, que consiste en: crear las condiciones favorables para que el empresario nacional y extranjero inviertan en el país y se incremente la productividad, la producción y las exportaciones. Se han realizado reformas tributarias parciales para disminuir la inequidad impositiva, elevar la carga fiscal y permita hacer llegar al Estado una mayor cantidad de recursos financieros para pagar la deuda pública, incrementar la capacidad productiva de los micros y pequeños empresarios, así como satisfacer aunque sea parcialmente las necesidades fundamentales de la población.

A la crisis económica estructural, se agregará la crisis económica generada por el COVID-19. La política de salud preventiva de que la gente se quede en casa, evitará que los contagios no sean tan elevados, pero disminuirá drásticamente la producción nacional e incrementará el desempleo. Se generará una disminución de las exportaciones y del ingreso de las remesas familiares como consecuencia de la crisis económica en los EEUU que posiblemente será mucho más severa que en El Salvador, tomando en cuenta las cifras de contagiados y su dinámica de crecimiento.

Un escenario realista de la crisis económica estructural y del COVID-19 en El Salvador, es que la tasa de crecimiento de la producción disminuirá unos 17 % en el año actual y de - 20 % en 2021. Posiblemente durante el año 2022 regresaremos a las condiciones existentes antes del COVID-19, pero seguirá subsistiendo la crisis estructural de la economía salvadoreña que nos ha condenado a tener tasas de crecimiento de la producción relativamente bajas, obligándonos a depender de las remesas familiares y del endeudamiento público, pero con el agravante que tendremos que pagar una deuda incrementada fuertemente debido a la pandemia del COVID-19.

La entrega del subsidio a los afectados económicamente por la pandemia, es una medida adecuada para evitar la fuerte disminución del poder de compra de la población, asegurando que la demanda de bienes y servicios esenciales no disminuya drásticamente y que el desempleo no sea tan elevado; así también para evitar que cierren miles de micro empresas que producen bienes y servicios esenciales para la población. La continuidad del pago de este subsidio durante los próximos tres meses será de aproximadamente mil doscientos millones, además será necesario financiamiento para la compra de medicinas y otros productos para hacer frente a la pandemia de unos seiscientos millones de dólares, lo que requerirá se apruebe un nuevo endeudamiento público.

Es importante que se elabore un plan económico de combate a la pandemia del COVID-19 y de superación de la crisis económica que este virus generará durante éste y el próximo año, con varios escenarios de dinámica de la pandemia; luego habría que hacer un plan para superar la crisis estructural.