El Salvador es un país en el cual desde hace varias décadas hay un abierto desprecio a la adultez mayor, probablemente no se han dado cuenta, pero le invito a que lea la parte de los clasificados de este medio, se dará cuenta que la mayoría de los trabajos son para personas menores de 25 años, unos cuantos de no más de 30 y los menos no mayores de 35 años, pasar de esa edad parece que te deshabilita automáticamente, ya no puedes colocarte en los empleos formales, parece que la juventud priva sobre la experiencia, y claro esto tiene su lógica en el sentido que el empresario en su afán de ahorrar prefiere tener dos jóvenes sin mucha experiencia con el salario que le puede pagar a una persona que tiene las credenciales para determinado cargo, ojo que no estoy diciendo que no tengamos jóvenes muy capaces, así como, no se puede dejar de reconocer que hay personas mayores que son completamente incompetentes.

Esta es la realidad que vivimos los que hemos pasado ya los 35 años como con 10 kilómetros de ventaja. Una realidad que te golpea a diario porque no puedes conseguir trabajo y los compromisos siguen llegando puntuales a la puerta de tu casa, ningún gobierno sean del color que sea hizo algo por cambiar esto.

Pero el día de hace unos días se terminó no solo de consolidar el desprecio a los adultos mayores sino que fue más allá, pues la reforma que aprobaron en la Asamblea Legislativa tanto para la carrera judicial como la ley de la carrera fiscal, en la cual de manera literal se dice que sí se han cumplido 60 años de edad o tienen los 30 años dentro de la carrera judicial, deben proceder a jubilarse inmediatamente, esto es sin duda reducir inicialmente la cantidad de empleados del Ministerio Público y el Órgano Judicial, pero a qué costo, todo sabemos que los gobiernos han intentado -unos más que otros- reducir el aparato estatal, por eso generan esos decretos de retiro voluntario para que la gente se acoja a ellos y se retire.

Pero la realidad nos sobrepasa porque quién no quisiera retirarse e irse a su casa a vivir sus “años dorados”, viajar, descansar o cuidar a su nietos, creo que la mayoría soñaríamos algo así, pero, en El Salvador las pensiones son de hambre, además el costo de la vida es alto y muchos siguen trabajando para poder cubrir sus créditos que han adquirido para el pago de la educación de sus hijos, para tener sus casas en zonas más seguras -las cuales son exageradamente caras- están endeudados con tarjetas de créditos, con los electrodomésticos entre otras cosas y seamos honestos una pensión en este país no alcanza para cubrir medianamente estas necesidades, es por ello que muchos optan por seguir laborando una vez han cumplido con la edad o el tiempo para retirarse.

Ciertamente es necesario reducir el aparato estatal pero no se pueden tomar decisiones de este tipo sin tener el mínimo de empatía y conocimiento de la situación económica de los salvadoreños.

Personalmente me tomé a la tarea de ver la plenaria, fue muy doloroso y lamentable que los diputados de la bancada de gobierno dijeran entre otras cosas que con esta reforma estaban erradicando la corrupción “no más fiscales y jueces corruptos” repitieron en varias ocasiones, de estas aseveraciones no pude evitar hacerme la siguiente pregunta ¿La corrupción está vinculada a la edad? La repuesta es no, no porque la corrupción es una práctica que no es patrimonio de un grupo etario, es una mal enquistado en la administración pública en general, sin duda hay jueces corruptos como también fiscales, pero no lo son todos y tan poco es cierto que sean solo los mayores de cierta edad.

Nadie niega que es urgente la depuración judicial y fiscal, personalmente he escrito sobre esa necesidad, también incluyendo a la Policía Nacional Civil donde también existen estructuras de corrupción, más de alguna vez he escrito de casos que horrorizan como aquel juez que autorizó que menores de edad se pudieran casar con sus violadores o aquel fiscal que no quiere llevar con diligencia los casos de delitos contra poblaciones de diversidad sexual; esto no se trata de hacer una operación relámpago y un día a otro sacar a la gente de sus trabajos sin llevar el debido proceso.

Este país necesita una reestructuración profunda, pero ésta pasa por cumplir los procesos y procedimientos que no violenten los derechos labores y humanos de las personas trabajadoras. No es criterio la edad, en otros países se aprecia la experiencia porque nuestros mayores son fuentes de sabiduría, al final como tratas a tu adultez mayor y tu niñez es como demuestras qué clase de país quieres tener.

Los diputados y diputadas de la bancada de gobierno deben aprender a defender sus decisiones, empezando por escucharse lo que dicen, creo que sus progenitores tienen más de 60 años y no por ello son corruptos y también creo que no por tener esa edad deberían de quitarles sus fuentes de ingreso, recuerden que la juventud es una etapa que como todas pasa y ustedes no van para cipotes sino que más temprano que tarde pronto llegarán a esa edad y veremos si aplauden que otra generación establezca por decreto que no se puede ser diputado/a, ministro/a, presidente/a, asesor/a si tienen cierta edad, porque la vida es boomerang y el karma no perdona, no es en la otra vida, es en ésta que uno termina pagando las injusticias que comete.