Pues que esperamos que sea diferente y no uno más. Al abogado Rodolfo Delgado lo conocí cuando era parte del equipo que dirigía la jefa Suzanne de Tablas en la recién creada Unidad de Propiedad Intelectual. Eso fue aproximadamente hace 21 años. Mucha agua ha corrido debajo del puente desde ese entonces.

Me parecía una persona muy decente, ecuánime y sumamente respetuosa de la Ley, demasiado callado para ser abogado, pero es una buena cualidad para un funcionario: no hablar más de la cuenta.

La misión del reelegido es tremenda, es una gran montaña que se está echando sobre sus hombros siendo nuestro país uno altamente criminalizado, con un despunte en los desaparecidos y con señalamientos serios y específicos, con nombre y apellido, contra funcionarios que están siendo protagonistas del que quizá llegue a ser el gobierno más corrupto de la historia del a nación, y el más violador de la Constitución.

¿Podrá con todo ese paquete? O quizá puede ser que cumpla con una misión, la más sencilla, la más cómoda: no hacer nada. Eso es muy típico en las dictaduras, y también en nuestras democracias tropicales.

Es una lástima que el defensor de la Ley en Latinoamérica termine siendo siempre un advenedizo genuflexo sumiso y obediente.

En nuestro país no se han dado casos de fiscales generales que procesen a funcionarios públicos del momento, actuales, que se desempeñen en el mismo momento que él. Por cierto, ¿por qué seguimos siendo tan machistas que hasta ahora no ha habido una tan sola fiscal general de la República? Pero bien, es una tarea pendiente en el país.

En esta época democrática iniciada con las elecciones presidenciales de 1984 en el que ganara el Partido Demócrata Cristiano, hasta la fecha, hemos tenido 14 o 15 fiscales. No puedo estar seguro del número porque no hay registros en internet, ni en la página de la FGR, ni siquiera para rendirle merecido tributos a los valientes hombres que han ostentado semejante cargo. Tuve que hacer uso de mi anoréxica memoria y de un buen amigo, para rellenar los huecos, porque hay fiscales que pasaron sin pena ni gloria, y unos más que otros. En cambio, los ha habido quienes imprimieron su sello particular.

En el tiempo que gobernó la Democracia Cristiana tuvimos a los doctores Arturo Argumedo y Roberto Girón Flores. Su labor fue muy delicada pues fue en el tiempo más crudo de la guerra. El doctor Girón Flores, fue mucho más mesurado, e igualmente valiente, pero prudente. Ninguno de los dos procesó a ningún corrupto del gobierno del PDC, y eso que abundaron.

Una vez inició el largo período de gobierno de ARENA, empezaron destituyendo al doctor Girón y eligieron al doctor Roberto García Alvarado, el cual fue víctima de la vorágine de odio, maldad y destrucción de la exguerrilla en un atentado tan criminal como cobarde. No tuvo tiempo para que su gestión dejara un legado importante.

Lo sustituyó el abogado Mauricio Colorado, quien fue un fiscal muy duro y directo. Después del ARENA puso fiscales generales acorde a sus intereses de los cuales ninguno proceso a ningún corrupto cuyo mandato fuera concomitante a su gestión. Los que procesaron a los titulares del BFA y ANDA, fueron después. No recuerdo el orden de los fiscales, creo que más o menos fueron así: Romeo Melara Granillo, Manuel Córdova Castellanos, Belisario Amadeo Artiga, Felix Garrid Safie Parada y Ástor Escalante Saravia. Y con éste último se terminó la seguidilla de fiscales hechos a la medida del partido de derecha.

De los que le siguieron creo que el único que fue más ecuánime y a la vez un verdadero fiscal general, fue el Lic. Douglas Arquímides Meléndez Ruíz. El actual y reelecto Fiscal General me gustaría preguntarle si será un garante de la Constitución, porque está siendo violada de forma inmisericorde por el régimen, o al igual que muchos exfiscales se quedará callado. Veremos.