La humanidad compite entre sí mediante investigaciones científicas, planes, teorías y busca apelar a expertos. Sumado a ello centra en los “líderes” la toma de decisiones, sin embargo, los creyentes independientemente la denominación y/o credo debemos preguntarnos: ¿Qué tipo de líderes y estos basados en qué, deben tomar las decisiones? Y es que ante la nueva realidad global debemos tener claro que todos están llamados a liderar.

Según las sagradas escrituras, el creador nos diseñó para liderar, tener autoridad y tomar dominio, sobre todo en esta época de tanto libertinaje. Sin embargo, hemos olvidado que hay que liderar con el ejemplo, es decir, mediante el comportamiento y por tanto los responsables de ser ejemplo deben cumplir una seria de características, las cuales resaltarán la importancia de servir y hacer la diferencia entre dar el ejemplo y ser el ejemplo.

El liderazgo nunca ha sido una decisión fácil de tomar. Basta ver a Moisés cuando estuvo frente al Creador en la zarza que ardía. Su impresión fue confusa que creyó no sentirse capaz y/o preparado para liderar una gran nación. El temor siempre ha estado presente en la humanidad y los grandes líderes no han estado exentos de ello antes de ser llamados. Objeciones siempre habrán en la mesa, pero como Moisés luchó ante ellas por: quién era él, batalló contra su identidad, no se sentía calificado en su “razón humana”, creía ser un líder errado. Pero al Creador no le importó quién era él, ya que él lo había llamado y estaría con él. Dudó que fuese escuchado tan así que temía la reacción de los demás hacia él.

Como sucede hoy día: ¿qué dirán de mí, perderé amistades, negocios? etc. Si bien el liderazgo es influencia, lo determinante es saber para qué maximizarlo. Hoy como en el principio los problemas persistentes y se agravan: la anarquía que reina ante la ausencia de una autoridad carente de ética, escasean los recurso financieros para suplir las necesidades, no hay líderes como Moisés, de ahí el vacío de una expectativa de un orden, etc. Todos estamos llamados a liderar desde nuestra ocupación, percibir las necesidades e ir al encuentro de ellas es decidirse a buscar el llamado interior y trabajar en ello. Todo tenemos ese don de proveer una acción de servir.

La nación necesita líderes eficientes y no conflictivos, El Salvador puede cambiar el camino equivocado en el que sigue día a día en el que muchos prefieren sus intereses hedonistas. La sociedad debe enrumbar la mirada y desenfocarla de que quienes cínicamente trabajan para imponer una visión distorsionada valiéndose de la confusión, odio, ira, calumnia y corrupción. Ya lo advertía el Rey Salomón: Según sean los gobernantes de la nación así serán sus habitantes. Los gobernantes inteligentes y prudentes hacer progresar la nación, pero los gobernantes imprudentes, soberbios e ignorantes darán a la ruina a su gente.

La nación necesita líderes eficientes y no conflictivos, El Salvador puede cambiar el camino equivocado en el que sigue día a día en el que muchos prefieren sus intereses hedonistas. La sociedad debe enrumbar la mirada y desenfocarla de que quienes cínicamente trabajan para imponer una visión distorsionada valiéndose de la confusión, odio, ira, calumnia y corrupción. Ya lo advertía el Rey Salomón: Según sean los gobernantes de la nación así serán sus habitantes. Los gobernantes inteligentes y prudentes hacer progresar la nación, pero los gobernantes imprudentes, soberbios e ignorantes darán a la ruina a su gente.