El pasado 23 de octubre, el presidente Nayib Bukele expresó en Twitter lo siguiente: “El Gobierno de la República desconoce totalmente al presidente del Coena, como representante real de Arena, por su alineación total con el FMLN y sus intereses. De ahora en adelante, conversaremos directamente con otros liderazgos dentro del partido”. Si no han visto en esto el peligro de un retroceso en el sistema democrático permítanme señalarlo, porque es necesario mantener ante todo el sistema político partidario, independientemente de los actuales actores o de los futuros, pues sin éstos es imposible sostener la democracia representativa, salvo que sea ese el propósito.

Que un presidente constituyente, electo por los votantes por medio de una bandera partidaria, pretenda desconocer el liderazgo del secretario general de un partido de oposición usando la fuerza del cargo institucional, es un abuso nunca antes planteado, abuso de poder en detrimento de la representatividad que tiene ese Secretario General o Presidente del partido, ya que éste ha llegado al cargo porque otros lo han nombrado y le han delegado por voto directo el cargo.

Sin duda al Sr. Bukele se le pasó la mano, golpea en la mesa contra sus adversarios pretendiendo desconocer no solo la voluntad de aquellos a los que los partidos de oposición representan, sean muchos o pocos, de una línea ideológica u otra, sino que trata de limitar o imponer lineamientos a las alianzas, acuerdos, visiones conjuntas o lo que fuera a las que todos tenemos derecho tanto para la vida diaria como para la vida de las instituciones. El FMLN y Arena pueden relacionarse entre sí como quieran, de forma verbal o formal, firmar acuerdos o usar cualquier otro mecanismo legal para trabajar políticamente como oposición individual o colectiva, tanto que el TSE permite las alianzas y coaliciones electorales porque los partidos son instrumentos de grupos organizados para alcanzar el poder, por tanto la pretensión es peligrosa.

Ningún presidente de órgano de Estado puede desconocer la representación otorgada por vía legal y menos de voto directo, porque su función no alcanza hasta ahí, hacerlo es colocar la primera piedra en la construcción de una posible dictadura, sí una dictadura, porque se pretende anular a la oposición, hacerla menguar y quitarle participación política a los representados de ese partido en la visión y solución de los problemas, porque ser oposición es también ser parte de la democracia y del sistema de control, pesos y contra pesos de la institucionalidad, cerrar la puerta de Casa Presidencial a los representantes de ese partido es cerrar la puerta a los votantes, que valga decirlo en el caso de Arena, es el partido más fuerte de la oposición en este momento.

La política no es un juego de caprichos, es un juego de intereses, de liderazgos, de poderes delegados y representados, es un ajedrez que necesita cabeza, inteligencia, cierta picardía pero también reglas y una de ellas es valorar y respetar la representatividad del contrario tanto como a la propia, máxime cuando alcanzar el poder ha sido posible por medio de las mismas acciones o acaso ¿olvida el Sr. Bukele su alianza con GANA y CD, al grado de absorberlos, anulándoles su identidad e ideología sustituyéndola por pleitesía y sumisión? No lo creo, más bien está ahora golpeando el principio de representatividad como cuando los reyes eliminan de la corte a cualquiera que no sea genuflexo, porque no quiere oposición, o si acaso aquella que construyó Chávez en Venezuela u Ortega en Nicaragua, oposición de guión pero sin corazón ni razón. Este es el peligro.

No me opongo a que Nuevas Ideas alcance mayorías legislativas si el pueblo así lo definiera, pero de eso a pretender que el resto de pensamientos y visiones no existen si no son iguales a las mías hay enorme diferencia, el que sepa leer que lea, la etiqueta dice ¡Alerta!