La operación internacional de Avianca se paralizó el 22 de marzo y la de Colombia dos días después. El grupo aéreo negocia un plan de rescate con el gobierno de Colombia. / DEM


Avianca Holdings S.A. solicitó el domingo acogerse voluntariamente al Capítulo 11 del Código de Bancarrota de los Estados Unidos.

De acuerdo con el grupo aéreo, con la medida busca proteger y preservar el empleo y las operaciones “bajo los más estrictos protocolos de bioseguridad, a medida que se levantan gradualmente las restricciones de viaje generadas por el COVID-19”.

Anko van der Werff, CEO de Avianca, explicó que la decisión se toma en un momento crítico, en medio de “una de las crisis más desafiantes para la industria aérea global” y que ampararse bajo el Capítulo 11 no es por insolvencia, ya que la empresa seguirá operando durante y después de acogerse en la ley de bancarrotas.

“La velocidad y la escala de la crisis del COVID-19 ha hecho necesario dar el paso que estamos dando hoy”, dijo van der Werff en una conferencia de prensa donde participó junto al equipo directivo de la firma y brindó más detalles del alcance de la medida.

Adrian Neuhauser, Chief Financial Officer de Avianca, explicó que antes de acogerse al Capítulo 11 evaluaron otras alternativas, pero que la figura es la más reconocida mundialmente por acreedores. “Es un proceso conocido, de amplia experiencia, que da mucha comodidad a los acreedores. Es un proceso que Avianca ya usó una vez y es el más apropiado por el alcance de la compañía”, dijo.

Avianca se acogió a la ley de bancarrotas de Estados Unidos en 2003, un proceso habitual en condiciones de crisis para empresas de todos los sectores que buscan un camino a la recuperación al amparo de la legislación estadounidense.

A través de los años este mecanismo ha sido usado por grandes del sector aéreo en Estados Unidos, incluyendo a las compañías American Airlines, en 2001, United en 2002, y Delta en 2005.

Van der Werff enfatizó que por las dimensiones de la crisis no esperan que los ingresos del grupo aéreo se vuelvan a niveles prepandémicos en el corto plazo. Entre las medidas anunciadas ayer está la liquidación de su filial Avianca Perú, un mercado que ya era deficitario antes de la crisis y que había sufrido recortes de operaciones.

Avianca Holdings cuenta en la actualidad con una flota de 158 aviones, sirve 76 destinos en 27 países en América y Europa. Además, emplea a más de de 21,000 colaboradores y administra dos centro de conexiones, el principal en Bogotá, Colombia, y uno en el Aeropuerto Internacional San Óscar Arnulfo Romero, en El Salvador.

La crisis económica asociada con el COVID-19 ha parado bruscamente un plan de reestructuración de la compañía que enfrentó un 2019 turbulento. Avianca es el segundo grupo aéreo más antiguo del mundo y en 2019 alcanzó su primer centenario.

Van der Werff enfatizó que las operaciones de Avianca cotinuarán. “Nosotros, como cualquier aerolínea o persona que quiera viajar, estamos listos y esperando que se levanten las suspensiones (...) la compañía está lista, pilotos, los aviones listos (...) estamos listos para despegar de nuevo”.

El caso

06/2019

El holandés Anko Van der Werff asume como nuevo CEO de la compañía tras el retiro del colombiano Hernán Rincón, quien comenzó un plan de reestructuración del grupo aéreo.

 

 

06/2019

Lanza el Plan Avianca 2021 que traza una ruta de reducción de flota, renegociaciones de contratos de aeronaves y un ajuste de la red de vuelos centrando su operación los hubs de Colombia y El Salvador.

 

10/2019

Avianca acuerda préstamos con Kingsland (propiedad del salvadoreño Roberto Kriete) y la estadounidense United para reforzar su plan de recuperación el cual le permitió avanzar.

 

04/2020

Afectada por la crisis derivada de la pandemia del COVID-19, la compañía confirma que negocia un plan de rescate financiero con el gobierno de Colombia, país donde domina más del 50 % de la plaza.

 

 

05/2020

Se ampara bajo la Ley de Bancarrotas de EE.UU. Es asesorada por firmas como Seabury Securities LLC y FTI Consulting y Milbank LLP, Smith, Gambrell & Russell, LLP, Gómez-Pinzón Abogados.