El gobierno de Nayib Bukele posiblemente revelará sus características distintivas después de las elecciones de diputados del año 2001, luego de que el partido Nuevas Ideas y sus aliados, Gana y posiblemente PCN, consigan asegurar una mayoría de diputados que apoyen las iniciativas del Poder Ejecutivo. En la actualidad la actividad gubernamental está principalmente en función de la campaña política, pero existen algunos indicadores del ejercicio de la administración pública en el gobierno de Nayib Bukele.

El gobierno de Bukele ha mostrado tres características fundamentales: pragmatismo, concentración administrativa y utilización de marketing político.

El pragmatismo, entendido como el conceder primacía al valor práctico de las estrategias, políticas y proyectos sobre cualquier otro valor, poniendo en un segundo plano la ideología o conjunto de ideas que caracterizan a una persona o grupo político. El pragmatismo es una doctrina que se enfoca en los valores de la eficacia, la utilidad y el valor práctico de las acciones; fue la concepción filosófica que más incidió en la administración pública en los países desarrollados; los presidentes de EE.UU. más pragmáticos fueron Franklin Delano Roosevelt, quien enfrentó la gran crisis económica con bastante éxito, así como Barack Obama en su segundo mandato; en China, el presidente más pragmático fue Deng Xiaoping con su concepción de “socialismo con características chinas”, la cual ha sido el fundamento del desarrollo económico de ese país en los últimos cuarenta años; en América Latina, el presidente más pragmático en las últimas décadas es Andrés Manuel López Obrador. El pragmatismo permite iniciar rápidamente el proceso de resolver los problemas más graves del país: seguridad pública, salud, educación y empleo.

No obstante, el pragmatismo puede afectar negativamente el proceso de planteamiento de estrategias gubernamentales a mediano y largo plazo, dejando de iniciar soluciones a problemas estructurales que se comenzarán a observarse en ejercicios presidenciales futuros. En el caso de China se combinó el pragmatismo a corto y mediano plazo, con la planificación a largo plazo, fundamentada en la ideología y el análisis científico de la realidad. Sin embargo, el pragmatismo gubernamental puede ser aprovechado por la oposición y la burocracia, haciéndolo ver como una falta de capacidad del gobierno de turno, así como de ausencia de correspondencia entre las diversas actividades gubernamentales.

La concentración administrativa es una técnica que consiste en el traspaso de competencia de los órganos inferiores a los superiores, en una estructura jerarquizada. En el gobierno de Nayib Bukele, las decisiones importantes en lo relativo a nuevos proyectos y contratación de personal ejecutivo en las diferentes instituciones públicas son tomadas por el presidente de la República, en vez del ministro, director o presidente de una entidad autónoma; así también, la Secretaría de Prensa de la Presidencia conduce la política de comunicación gubernamental y coordina el Comité Interinstitucional de Comunicaciones, de tal manera de cohesionar la imagen y el mensaje del gobierno. La concentración administrativa es positiva para poder hacer lo fundamental, lo más necesario para el gobierno como un todo. La concentración de funciones en los niveles superiores puede hacer que estos pierdan eficiencia y eficacia, debido a la sobrecarga de responsabilidades y tareas. Lo más probable es que esta medida administrativa sea temporal, mientras se conoce en la práctica las capacidades de los ejecutivos de segundo y tercer nivel en la jerarquía gubernamental.

El marketing gubernamental es el conjunto de técnicas empleadas para influir en las actitudes y las conductas ciudadanas a favor de ideas, programas y actuaciones de los organismos gubernamentales. En el caso salvadoreño, estas técnicas también se están utilizando con los gobiernos extranjeros y empresas multinacionales para obtener los recursos económicos y tecnológicos que necesita el país. La utilización de estas técnicas hace que los receptores conozcan las bondades de las políticas gubernamentales y el gobierno conozca la valoración que los receptores hacen de la ejecución de dichas políticas. El marketing gubernamental es dañino cuando sus objetivos no corresponden con los intereses y demandas de la población.