Salió de Rumania a los 14 años siendo una desconocida para el gran mundo del deporte. Cuando unas semanas volvió de los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 ya era toda una celebridad a nivel global en una época donde no se necesitaban las redes sociales para hacerse viral. Esa es la historia de Nadia Comaneci, la niña gimnasta que logró por primera vez un 10, un puntaje perfecto.

Hoy, después de 48 años de aquella geste histórica, mucho ha cambiado para ella. Por ejemplo, desde 1989 vive en Estados Unidos y es ciudadana, tras desertar de su país. Los recientes premios Laureus, entregados en una pomposa ceremonia en Madrid, fueron la excusa perfecta para que haga un recorrido por su vida.

“El problema con los legados deportivos es que los récords antes o después se rompen, pero yo tengo dos récords que jamás me quitarán: ser la más joven y ser la primera. Recuerdo ese día como si fuera ayer y me sigo sabiendo de memoria aquella rutina. Ahora hablamos todo el rato de las mujeres y la igualdad, de dar foco a las deportistas. Yo conseguí todo eso en Montreal, fui la estrella y el rostro de unos Juegos. Yo fui la igualdad con 14 años”, confesó en una entrevista al diario español El Mundo.

Allí también cuenta detalles sobre su actuación que provocó que los jueces, por primera vez en la historia, calificaran a alguien con un 10. Y recuerda que los marcadores no estaban preparados para un diez, lo máximo que se podía poner era 9.99, no había espacio para cuatro dígitos. Tuvieron que poner 1.00.

Nadia Comaneci fue portada de muchas revistas en 1976, entre ellas Time Magazine.
Nadia Comaneci fue portada de muchas revistas en 1976, entre ellas Time Magazine.



En la entrevista, Nadia le mostró a la periodista su nuevo tatuaje: “Mira lo que me he tatuado hace poco. Además de los aros olímpicos está ese '1.00' que, en realidad, es el 10 más famoso. Tuvieron que inventar marcadores nuevos solo para mí", dijo.

“Vivo en Oklahoma, tengo una academia de gimnasia con mi marido, me levanto, preparo el desayuno a mi hijo, voy a la compra, a la oficina... He tenido muchas fases vitales diferentes y las quiero a todas, pero esta es la más tranquila”, admitió. Dice ser amante del tenis y viaja todos los años a España para ver en vivo en Open de Madrid, que se disputa por estos días.

Su salida de Rumania, bajo el régimen de Ceaucescu, también la abordó con mucha inteligencia emocional: “En mis últimos años allí me sentía prisionera y siempre me preguntan cómo de duro fue, pero la realidad es que fue igual de duro que para todos los demás compatriotas. Fui una más. Es algo que ya pasó y no guardo ningún rencor”.

Según sus palabras, su relación con Rumania sigue intacta: “Tengo dos países y viajo frecuentemente a Bucarest. Mi madre vive allí, tengo una casa, colaboro con su Comité Olímpico... No reniego. Hasta la peor persona que he conocido me ha dado algo bueno. Eso es lo que busco. Un campeón en la vida es aquel que navega lo que le va tocando sin ahogarse”.

"Siempre nos dicen que nadie es perfecto, pero durante un instante yo lo fui"
Nadia Comaneci
Medallista olímpica en Montreal 1976