La inflación -que eleva el costo de la vida- no regresará a los niveles previos a la pandemia este 2023 y el Banco Central de Reserva (BCR) prevé que se ubique en el rango de 3.5 % a 4.1 %.

Antes de la crisis económica generada por el covid-19, este indicador no supera ni el 1 % en El Salvador e incluso durante los meses de mayor confinamiento en 2020 hubo deflación (inflación negativa).

Sin embargo, a partir de 2021 comenzó a subir debido a las disrupciones de las cadenas de suministros mundiales que provocaron retrasos en la entrega de mercancías y a un precio más caro.

En enero de ese año, la inflación era de 0.31 % y cerró en 6.11 % en diciembre.

Lo más duro ocurrió en 2022 cuando la invasión rusa en Ucrania disparó el precio del crudo y los alimentos por la incertidumbre del suministro. La inflación más alta se registró en junio del año pasado, en 7.76 %.

Una moderación de la inflación no significa que bajará el costo de la vida, sino que las alzas serán menos agresivas a las registradas en los últimos meses.

Riesgo en la economía.

Douglas Rodríguez, presidente del BCR, consideró que la “inflación internacional aún por encima de los niveles históricos” es uno de los riesgos para la economía salvadoreña en 2023, que espera crezca entre 2 % y 3 %.

Rodríguez catalogó de “determinante” el plan de medidas contra la inflación lanzado por el Gobierno, que incluyó subsidios a los derivados del crudo y la entrada libre de aranceles de algunos alimentos.

Sin las subvenciones, según han defendido varios funcionarios, este indicador hubiera sido mayor frenado más la dinámica económica.