La economía mundial no ha tenido tregua desde el inicio de la pandemia del covid-19 y todavía el próximo año los países se enfrentarán a un panorama poco alentador. El Salvador no escapa y ayer la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) redujo su proyección de crecimiento a 1.6 % en 2023, su tasa más baja de los últimos ocho años.

En su balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2022, la agencia de Naciones Unidas advirtió que la desaceleración se profundizará en la región el próximo año ante un cóctel de factores que juegan en contra de la economía.

El organismo elevó su pronóstico para El Salvador de un 2.5 % a 2.6 % al cierre del 2022, cuatro veces menos que la tasa del 10.3 % registrada en 2021.

Sin embargo, para 2023 aplicó una reducción desde el 1.9 % que previó inicialmente en octubre pasado a 1.6 %. Exceptuando la contracción del 2020, será la tasa más baja desde 2014 cuando la economía salvadoreña tuvo un leve desempeño de 1.7 % en un contexto de crisis financiera y una escalada en el precio de los combustibles.

Las proyecciones oficiales para el 2023 de la Administración Bukele se conocerán la próxima semana cuando el Banco Central de Reserva (BCR) actualice los resultados del tercer trimestre del 2022. Sin embargo, su presidente, Douglas Rodríguez, adelantó en octubre pasado que esperan un crecimiento entre el 2 % y 3 %.

Así como la Cepal prevé que la economía crezca menos del dos por ciento en 2023, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió en octubre que su pronóstico es de 1.7 %.

La economía salvadoreña viene de experimentar en 2020 su peor recesión desde la guerra civil por el covid-19, pero en 2021 logró recuperar los niveles de producción perdidos con un repunte de su Producto Interno Bruto (PIB) del 10.3 %. Como se advirtió, el efecto rebote se agotaría en 2022 y la dinámica económica regresaría a los niveles previos a la pandemia, en un contexto mucho más retador por el conflicto entre Rusia y Ucrania.

El presidente del BCR ha defendido que el PIB no crece más -en comparación a los niveles prepandemia- por las crisis externas que arrastra la economía mundial desde el 2020.

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Menor crecimiento, menor gasto.

En Centroamérica, según proyecciones de la Cepal, Panamá liderará el crecimiento regional el próximo año en 4.2 %. Le seguirá Guatemala con 3.2 %, Honduras con 2.7 %, Costa Rica en 2.6 % y Nicaragua en 2.1 %.

La economía de América Latina y el Caribe crecerá un 3.7 % en 2022, después de experimentar un 6.7 % en 2021. Sin embargo, para el próximo año se prevé una desaceleración a 1.3 %.

José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la agencia de Naciones Unidas, destacó que la respuesta de política monetaria de las grandes economías en 2022 ha elevado la volatilidad financiera y los niveles de aversión al riesgo. Como consecuencia, agregó, se han reducido los flujos de capital hacia las economías emergentes de la región.

La Cepal señaló que la coyuntura impone desafíos en el manejo de las finanzas públicas que ha llevado a los países de la región a aplicar ajustes prematuros del gasto. “En El Salvador, destaca la contracción de las transferencias de capital debido a la reducción de los traspasos por proyectos de inversión”, señaló en su informe.