La seguridad alimentaria mejoraría en El Salvador, Honduras y Nicaragua a partir de septiembre, con la salida de la primera cosecha de granos básicos, según la Red de Sistemas de Alerta Temprana de Hambruna (Fews Net).

Sin embargo, el programa, a cargo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), advirtió que el sector agrícola se enfrentará a un año complicado por las potenciales pérdidas con el desarrollo del fenómeno de La Niña.

El último boletín, publicado este miércoles, señaló que en la mejora también contribuirá la cosecha postrera pues, junto con la primera, incrementarán las reservas disponibles en los hogares de los tres países.

En suma, la demanda de mano de obra en el campo incrementará el ingreso de los hogares.

Sin embargo, la red plantea que los hogares rurales ubicados en el corredor seco de El Salvador y Nicaragua poseerán grupos de población que entrarán en crisis de inseguridad alimentaria.

En su análisis, Fews Net establece tres fases de inseguridad alimentaria aguda, la primera es la mínima, a la que le sigue la acentuada -donde se encuentra la mayoría del territorio salvadoreño y nicaragüense-, y la etapa de crisis, esta última ha caracterizado al territorio hondureño en los últimos meses.

El informe señala que, aunque la mayoría de los hogares muy pobres en áreas rurales permanecerán en inseguridad acentuada, en el corredor seco de El Salvador y Nicaragua los hogares que sufrieron pérdidas agrícolas del más de un 50 % en 2023 reducirán sus reservas y serán obligados a comprar alimentos más rápido que en otras ocasiones.

Esta proporción de la población rondaría entre 100,000 y 249,999 personas por país hasta agosto, cuando se prevé que la situación alcance su pico de crisis.

Posterior a esta situación, tanto los hogares en crisis, como en inseguridad alimentaria acentuada, comenzarán a visualizar una mejora, no obstante, el primero de los grupos retornará a la fase dos hasta enero de 2025.

Por su parte, Honduras permanecerá en fase de crisis hasta agosto, con hasta 749,999 personas que podrían tener necesidades alimentarias debido a las pérdidas agrícolas y el incremento en el precio de la comida.

La mejora en la situación para los hogares de la región se concretará entre noviembre y diciembre cuando se dinamice el comercio de los granos básicos.


Afectaciones

Aunque los niveles de temperatura y lluvias han incrementado, durante la transición del fenómeno de El Niño y de La Niña, la red alerta del impacto que el incremento de las precipitaciones podrá tener en los próximos meses.

“Se espera que persista el patrón errático de las precipitaciones y las altas temperaturas, lo que aumentará el riesgo de plagas y enfermedades, especialmente en los cultivos de frijol”, indica el informe.

El clima podría provocar pérdidas focalizadas en los cultivos de subsistencia de granos básicos en lugares propensos a inundaciones.

Las lluvias ya comenzaron a causar estragos en El Salvador. La Mesa Agropecuaria, Rural e Indígena estimó que no menos de 5,000 manzanas se perdieron por las lluvias registradas durante la tercera semana de junio.

Las pérdidas se contabilizaron principalmente en el rubro de hortalizas, sin embargo, entre 300 y 400 manzanas se prevé que fueron cultivos de maíz. En total, entre 12,000 y 15,000 agricultores fueron afectados por las pérdidas.



Proyecciones

Fews Net proyecta que la producción comercial de granos básicos en la región se mantenga “dentro de los rangos promedio”, a través de estrategias como acceso de riego y la aplicación de fungicidas.

La producción de frijoles podría ser afectada, principalmente porque la siembra postrera se retrasará por un mes, no obstante, se prevé que la cosecha nacional se acerque al promedio.

Para el café, el informe, que cita datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, anticipa que la cosecha se mantendrá a “bajos niveles” en El Salvador, Honduras y Costa Rica, mientras que en Nicaragua incrementará un 8 %.

A nivel de crecimiento económico, el informe prevé que la región incremente su Producto Interno Bruto (PIB) de forma “limitada”, una situación ligada a la ralentización de economías como la estadounidense.

Para 2024, la inflación permanecerá por debajo de un 5 %, mientras que en el sector de alimentos será menor a un 10 %. Por su parte, las remesas incrementarán en El Salvador y Honduras, producto de mayores niveles de migración, mientras que el turismo incrementará inyectando mayores ingresos a la economía local.