El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró este viernes sus perspectivas económicas para El Salvador, al tiempo que reiteró su recomendación de realizar un fuerte ajuste fiscal por la vía de aumento de impuestos y reducción del gasto público.

Una misión del FMI liderada por Raphael Espinoza revisó la economía salvadoreña en el marco del Artículo IV, que incluyó reuniones virtuales entre el 26 y 28 de enero, así como una visita presencial entre el 30 de enero y el 8 de febrero.

Crecimiento económico.

En un comunicado publicado este viernes, la misión técnica concluyó que la economía salvadoreña creció un “ritmo robusto” en 2022 a pesar de los choques adversos. Agregó que la reducción “sin precedentes” de la delincuencia y los fuertes ingresos por remesas y turismo contribuyeron a que el Producto Interno Bruto (PIB) creciera un 2.8 % al cierre del año pasado.

Para 2023, advirtió, la proyección es que se mantengan los desequilibrios macroeconómicos y se modere el crecimiento a 2.4 %, según la proyección oficial del Gobierno. La cifra es mayor al 1.7 % que estimó en su última actualización de las perspectivas económicas mundiales y explicó que la dinámica será impulsada por el consumo privado, la inversión pública y el turismo.

La inflación, que golpeó fuertemente al bolsillo de los salvadoreños en 2022, se moderará a 4.1 % este año debido al descenso de las materias primas y, aunque los precios de los alimentos seguirán subiendo, las alzas serán menos agresivas que en los últimos meses.

La marcada desaceleración en Estados Unidos, principal socio comercial y emisor de remesas, perjudicará la actividad económica salvadoreña, por lo que el FMI advierte que “las desviaciones sobre las políticas públicas podrían debilitar la confianza de los inversores”.

Luz roja por situación fiscal.

La misión del FMI consideró que “la máxima prioridad” de la Administración de Nayib Bukele debería ser un plan fiscal y de financiamiento “completo y ambicioso”, destinado a reducir la deuda.

No es la primera vez que el FMI le propone a El Salvador un ajuste fiscal, pero ahora su propuesta es de 3.5 puntos del PIB para los próximos tres años que “impulse la confianza del mercado y proteja el gasto prioritario en lo social y en infraestructura”.

El plan de consolidación debería incluir financiamiento completo que establezca “colchones de reserva”, evitar la dependencia “excesiva” de la deuda interna de corto plazo y volver a los mercados de capitales internacionales.

Si bien reconoce que el ratio de la deuda ha descendido al 77 % del PIB de 2022 (porque la economía es más grande), hace énfasis en que es necesario redoblar los esfuerzos fiscales a partir de este año para garantizar el financiamiento en contexto de menor crecimiento económico.

Ajuste por impuestos y reducción de gastos.

Para el FMI, ese ajuste debería venir por tres vías. En la primera, recomienda preservar los logros del plan contra la evasión fiscal y “considerar el aumento de la tasa de impuestos sobre el consumo”.

No es la primera vez que el FMI le sugiere al Ejecutivo elevar la tasa del IVA, pero el Ministerio de Hacienda ha prometido en varias ocasiones que no aumentará este tributo.

Señala además que en el presupuesto general de la nación de 2023 se hace un esfuerzo para contener el gasto salarial, pero no es suficiente para contener las remuneraciones que este año llegarán al 11 % del PIB.

Por lo cual, el FMI recomienda nuevamente derogar los mecanismos especiales de indexación salarial y hacer una reforma del servicio civil para reforzar el “vínculo entre cualidades y retribuciones".

La misión del FMI incentiva al Gobierno a considerar la eliminación del subsidio universal al gas licuado de petróleo mediante la ley de estabilización de precios y mejorar la focalización de la subvención a través de las tarjetas solidarias.