El consorcio inglés panameño InterEnergy construirá y operará dos nuevos pozos geotérmicos en El Salvador, la primera gran inversión en esta tecnología de generación dos décadas después de las últimas ampliaciones de las actuales plantas administradas por la LaGeo.

InterEnergy ganó dos licitaciones lanzadas en agosto de 2022 por la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), una para la construcción de una planta geotérmica en Chinameca, San Miguel, con una capacidad de 20 megavatios (MW), y otra en San Vicente de 10 MW.

Tres empresas mostraron interés en la competencia: una es Albioma, de origen francés y con experiencia en 25 proyectos de generación; otra de Deren-Geodesa y Tradeco, un consorcio mexicano que cuenta con una planta geotérmica privada en Nayarit, México; y la de InterEnergy, con experiencia en 25 proyectos de generación en América Latina.

El concurso incluyó cuatro fases, en las cuales las empresas debían entregar carpetas con la oferta legal, financiera, técnico operativo y precio final (de la energía).

En la recepción de los “sobres D”, realizada este lunes, la empresa Albioma declinó de presentar ofertas económicas por decisión interna, mientras Deren-Geodesa solo presentó un portafolio para el pozo de Chinameca. InterEnergy, en cambio, entregó ofertas para ambas licitaciones.

Para el pozo de Chinameca, Deren-Geodesa ofertó un precio de $154.5 el MW con una capacidad de generación de 18.2 MW, con un período de construcción de 854 días.

InterEnergy ofertó un precio de $79.90 el MW, con una capacidad de 20 MW del pozo de Chinameca. Para el campo en San Vicente, también presentó una oferta de $79.90 el MW, con una capacidad de 10 MW. La empresa propone la ejecución de ambos proyectos en 730 días.

Inversión y operación.

La empresa tiene 180 días para presentar la garantía de mantenimiento del precio ofertado y posteriormente se firmará el contrato. A partir de ese momento, detalló la CEL, tendrá 24 meses para construir los dos pozos.

CEL detalló que los procesos de adjudicación se harán bajo la modalidad de “construye, opera y transfiere”, conocida como BOT en inglés. Es decir, que la inversión para la construcción y operación de ambas plantas será responsabilidad del inversionista, con la condición que 20 años después de su funcionamiento pasará a ser propiedad del Estado salvadoreño.

“Tomamos como ejemplo para este proceso la experiencia exitosa que tuvo Costa Rica, además contamos con el acompañamiento de IRENA”, aseguró Daniel Álvarez, presidente de CEL.

El Salvador fue pionero en el desarrollo de centrales geotérmicas y de los primeros en Latinoamérica. Los estudios preliminares en geología, geoquímica y geofísica iniciaron en 1962, y se hicieron una realidad en 1976 con la inauguración de la geotérmica de Ahuachapán.

Actualmente, la energía geotérmica representa el 25 % del mercado energético salvadoreño, con 204.40 megavatios instalados, de los cuales 95 MW los aporta el pozo de Ahuachapán y 109.4 MW el de Berlín, Usulután.

El proyecto de ampliación de la generación geotérmica lleva varios años de retraso. Inicialmente, LaGeo había gestionado un préstamo de $225 millones para construir los dos pozos con el Banco Mundial y se tenía la oferta lista para someterse a aprobación del directorio del banco en 2020. El proceso se frenó por la pandemia del covid-19 y después el Gobierno salvadoreño retiró la solicitud.

El dato

Un estudio del BID de 2017 reveló que el país tiene ocho puntos para desarrollar la geotermia, en Conchagua, Chinameca y San Vicente. Se hicieron planes, pero hubo pocos avances.

Claves sobre la geotermia

Esta tecnología está en el club de las energías renovables y su costo de generación es de los más bajos.

¿Qué es?
Se obtiene a través del calor de la tierra. En el país se usa para inyecciones de electricidad a la red nacional y para usos productivos, como deshidratar café.

Capacidad
El Salvador tiene dos pozos, administrados por LaGeo, una subsidiaria de CEL. Uno en Ahuachapán con 95 MW y Berlín, Usulután, con 109.4 MW.

Proyectos
La CEL adjudica dos nuevos pozos. La última gran inversión la desarrolló la italiana Enel en la central de Berlín, a inicios de la década de 2000.