En El Salvador, un empleado con salario mínimo tendría que ahorrar todo su sueldo líquido (después de los descuentos, $327) durante casi cinco años y medio (67 meses) para solo pagar la prima de $22,184 de un apartamento de 104.58 metros cuadrados en un condominio residencial de San Salvador, según el anuncio de venta del inmueble en uno de los portales de bienes raíces.

El costo total, que asciende a $211,845, se puede amortizar con cuotas de $1,411 mensuales, efectuadas por un comprador que demuestre ingresos superiores a $3,529 al mes. Esta cifra es 5.6 veces superior al ingreso promedio por hogar salvadoreño, que la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) fija en $629.38.

Para comprarlo por completo, el interesado debería ahorrar su salario por casi 54 años. Si destina la mitad ($182.5) o poco más ($190.44), le tomaría 96 y 92 años, respectivamente.

Esto sobrepasa la esperanza de vida de un salvadoreño (73 años) y casi cuadruplica el mínimo requerido para optar a pensión (25 años laborados).

¿Por qué?

Según William Velasco, director y cofundador de la inmobiliaria Porta Real Estate Boutique, el encarecimiento continúo de los inmuebles obedece a los elevados costos de los terrenos.

“Principalmente por tierras más caras, sobre todo cuando querés desarrollar apartamentos en las zonas más urbanas de San Salvador y La Libertad”, apunta.

También se debe a un sobreprecio en materiales de construcción importados -que empiezan a bajar tras el aumento del flete en pandemia- y una demanda de construcción que eleva los salarios de la mano de obra del sector. “Hay maestros de obra, obreros, técnicos y albañiles que probablemente ganan un 40-50% más que hace uno o dos años”, argumenta.

Además, recuerda que los constructores y desarrolladores inmobiliarios fijan el precio con base a un valúo pericial de una empresa certificada por la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF), que designa los cuadros de valores de las torres acorde al mercado.

Las empresas del sector de construcción también han confirmado que el salvadoreño en el exterior se volvió el segundo cliente más importante, después del comprador local, quienes tiene más poder adquisitivo. De esa manera, no es sorpresa que algunas desarrolladoras ya ofrezcan apartamentos “penthouses” en la playa valorados en más de un millón de dólares.

Un reciente estudio de la Superintendencia de Competencia reveló que el 88 % de la oferta de vivienda nueva en el Gran San Salvador se dirige a clientes con ingresos mensuales superiores a los $1,500 mensuales.

Evolución inminente.

Sin embargo, Velasco anticipa que la segmentación variará en los próximos tres años, llegando a un mercado con menor capacidad adquisitiva. “Se empezarán a desarrollar proyectos de apartamentos entre $80,000 y $100,000, que todavía no llegan al precio de una vivienda mínima, pero amplían cada vez más la pirámide de compradores”, dijo.

En 2024 se erigirán dos torres de más de 500 unidades en Soyapango, con precios aproximados de $100,000. Desarrolladores extranjeros que acompaña Porta planean cimentar otras en zonas densamente pobladas de la capital -San Jacinto, San Marcos, Soyapango, Ilopango y Constitución-, con valores de $60,000 a $80,000.

“Definitivamente tendrá un aporte importante al PIB”, prevé el empresario, calculando que el próximo año habrá una oferta de entre 20 y 25 torres inmobiliarias nuevas, la mayoría en San Salvador, La Libertad (que centralizan la mayor oferta de empleo nacional en sus zonas urbanas) y la Costa del Sol.

El dato

Según Porta Real Estate, una torre de apartamentos debería estar vendida, máximo, en tres meses. Los tiempos promedios de venta oscilan entre cuatro y doce meses.