Con excepción de 2020 cuando la economía mundial se cerró por la pandemia de covid-19, las exportaciones de miel se habían mantenido con relativa estabilidad entre los $2 y los $4 millones anuales. Esta tendencia duró hasta 2023, cuando los despachos dirigidos a Europa se redujeron porque el bloque de los Veintisiete priorizó las compras a Ucrania en solidaridad por el conflicto armado.
Con menor demanda internacional y un bajo consumo en el mercado local, los apicultores comenzaron a almacenar la miel con la esperanza de que las solicitudes de compras se reactivaran.
Tres años han pasado del conflicto que sacudió al mundo y el escenario ha empeorado para los apicultores ya que, en 2024 Alemania, que por tres décadas fue el mayor comprador, no adquirió ni un dólar de miel salvadoreña. “Aún hay en las bodegas de productores, ya que no hay una demanda creciente de compra por parte de los países de la Unión Europea y del resto del mundo”, afirmó a Diario El Mundo el gerente de la Comisión Nacional Apícola de El Salvador (Conapis), Jorge Herrera.
“Posiblemente si se termina la guerra entre Ucrania y Rusia, y se restablecen las relaciones comerciales entre ambos países, la miel ucraniana sería comercializada nuevamente en Rusia y Alemania se vería en la necesidad de volver a comprar al resto de países productores, mejorando la demanda y el precio de compra”, afirmó el líder gremial.
El Banco Central de Reserva (BCR) reporta que las exportaciones de miel superaron los $3.3 millones en 2021, mientras que en 2022 sufrieron una caída de un 7.6 % al sumar $3.1 millones.
La mayor reducción se registra en 2023, de un 65 % al superar los $1.09 millones. Para 2024 hubo una ligera mejora, de un 18 % con $1.29 millones de exportaciones, pero el saldo sigue por debajo de los valores previo al conflicto.
Cambio climático no da tregua
Conapis reconoce que el consumo interno de la miel ha aumentado en los últimos años; sin embargo, no logra consumir toda la producción. La reducción de las compras en Alemania, el mayor consumidor mundial, se traduce además en una caída de precios a nivel mundial mientras que los costos aumentan para los productores.“Además el cambio climático está afectando severamente la producción de miel nacional, disminuyendo la producción e incrementando costos para el sostenimiento de las colmenas. El sector apícola necesita urgentemente sea apoyado en el área de producción, comercialización interna y de exportación, para poder hacerle frente a la crisis económica que atraviesa”, zanjó el portavoz de Conapis.
En 2024, la producción fue afectada porque en zonas con microclimas las plantas florecieron, pero generaron néctar, la “materia prima” que buscan las abejas para producir la miel, debido a las altas temperaturas en la época seca.
La institución estima que en 2015 había más de 120,000 colmenas en El Salvador, las cuales se habrían reducido a 65,000 como consecuencia de las pérdidas de los productores que no pueden asumir.
Asimismo, calcula que hace 25 años la producción era de 3,500 toneladas métricas, mientras que actualmente llegaría a 2,000 toneladas.