Los mercados se sacudieron en marzo pasado cuando tres bancos regionales quebraron en Estados Unidos, en menos de una semana, y la crisis se extendió a Europa con la quiebra del banco suizo, de 160 años de fundación, Credit Suisse.
Se esperaba algún tipo de “efecto” en El Salvador, pero los datos de Abansa confirman que la banca local se mantiene sólida y solvente.
La gremial reporta que la cartera de préstamos alcanzó los $15,814.9 millones al término del primer trimestre del año, y significó un crecimiento de $1,384 millones (un 9.6 %) respecto al mismo período de 2022.
En tanto, la cartera de depósitos -donde están los ahorros de los salvadoreños- creció en $707 millones y llegó a $16,844 millones en el primer trimestre del año.
Los depósitos son la principal fuente de fondeo de los bancos, un 87 %, lo que permite que estén menos propensos a los choques de las crisis internacionales. El buen dinamismo de esta cartera es uno de los colchones para que las tasas de interés en los créditos no se disparen en El Salvador, pese a los ajustes en los tipos por la Reserva Federal (Fed, banco central) de Estados Unidos.
Advertencias.
En el informe del desempeño financiero, Abansa recapitula que los principales indicadores en Estados Unidos cerraron el primer trimestre con resultados mixtos. Por un lado, la tasa de desempleo se mantiene en 3.4 % y la inflación se desaceleró a 5 %.Sin embargo, la producción industrial cerró en dígitos negativos, en -1.4 %, y se espera que se recupere en la segunda mitad del año. “Esto afectaría la economía de El Salvador, la cual ya presenta una desaceleración en el volumen de actividad económica”, señaló en su reporte.
De la actividad económica de Estados Unidos depende en gran medida el flujo de las exportaciones, un renglón que se ha visto afectado con una contracción del 7.4 % a abril pasado. Además de las remesas, que crecen un 4.4 % en los primeros cuatro meses del año.
“El sistema bancario continúa con el manejo prudente de recursos”, agregó Abansa en su reporte, ya que el saldo de los créditos vencidos alcanzó los $295 millones y las reservas de incobrabilidad llegaron a $454 millones a febrero.
La gremial reporta que el sector de comercio fue el más demandante de recursos, en $305 millones (un 15.3 %) de crecimiento de su cartera de préstamos, seguido de construcción con un aumento de $182 millones (25.4 %). El rubro de servicio requirió $137 millones (11.9 %).