La territorialidad partidaria prevaleció más sobre la responsabilidad fiscal, la semana pasada, cuando 67 diputados decidieron aprobar un incremento del Fodes que obliga al Estado a entregar el 10 % de sus ingresos a las alcaldías.

El populismo legislativo -que tanto criticaron en la campaña- ahora es la bandera con la que entregan fondos públicos, sin análisis financiero alguno y aún sabiendo que es irresponsable hacerlo. Un estudio serio de Fusades había advertido su inconveniencia, la embajadora estadounidense lo había criticado y el presidente electo lo había advertido también. Pero no se atendió a la sensatez.

Habrá que preguntarse si ARENA o el FMLN hubieran ganado la elección presidencial, se hubieran atrevido a aprobar estos fondos, sabiendo que perjudicarían el escaso margen de maniobra financiero del gobierno entrante.

En 2020, el aumento al Fodes implicaría $103.77 mi­llones adicionales a los $415.1 millones que le corresponden para ese año. Esto significa que el aumento, respecto a la cantidad recibida sin la reforma a la Ley del Fodes, sería de un 25 %.

Lo preocupante es la escasa transparencia que prevalece en las alcaldías, la inoperancia para cobrar impuestos municipales y modernizar los catastros. Así nunca será suficiente.