En plena lucha contra el coronavirus, la comunidad internacional comprometió este martes 653 millones de dólares en donaciones para ayudar a los países de América Latina en la "generosa" acogida de millones de ciudadanos que se marcharon de Venezuela.

"Podemos estar orgullosos de lo que conseguimos", subrayó la canciller española, Arancha González Laya, quien precisó que las contribución total, contando también préstamos entre otros, es de 2.790 millones de dólares.

La Unión Europea (UE) y España, con el apoyo de las agencias de la ONU para los Refugiados (Acnur) y las Migraciones (OIM), convocaron la conferencia de donantes para ayudar en la segunda mayor crisis de desplazados, tras la siria.

Venezuela vive una grave crisis socioeconómica, institucional y política desde 2015. Desde entonces, poco más de 5 millones de personas abandonaron la otrora potencia petrolera, en su mayoría a países vecinos, según datos de la ONU.

"América Latina y el Caribe respondieron desde el principio con solidaridad, hospitalidad y generosidad", apuntó Antonio Vitorino, director general de la OIM, que había llamado a los donantes a estar "a la altura del reto".

Pero "la compleja coyuntura de la COVID-19 ha venido a complicar esta situación", en palabras del canciller peruano, Gustavo Meza-Cuadra, que en octubre, junto a sus pares latinoamericanos, ya solicitó el apoyo internacional.

Canadá, que se ofreció para acoger la siguiente conferencia de donantes, Estados Unidos, la UE, Japón, Corea del Sur y Emiratos Árabes Unidos, entre otros, así como instituciones financieras internacionales, respondieron presentes.

El alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, Filippo Grandi, estimó que, una vez revisados los nuevos anuncios, se podría cubrir la mitad de los 1.410 millones de ayuda necesarios en 2020 para los países de acogida.

Del monto total, casi 430 millones se destinarían a acciones sanitarias relacionadas con la lucha contra el nuevo coronavirus, que golpea con fuerza América Latina y el Caribe con más de 41.000 muertos por 770.000 contagios.